Gabriela Solano
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En casa sus nietos no le dicen “abuelo” y bien podría ser tico, de ese y otros temas más habló ayer Raphael con Al Día, telefónicamente desde Guadalaja, México.
El “Divo de Linares”, quien se presentará este lunes a las 8 p.m. en el Gimnasio Nacional, prometió una gran noche, un reecuentro entre amigos y una historia para no olvidar.
¿Cuándo le dicen Costa Rica qué es lo primero que le viene a la mente?
Que es un país tremendamente amable, cariñoso y maravilloso. Ahora, que cada uno habla dependiendo de cómo le va en la feria, por eso para mí es un lugar hermoso.
Su concierto será una serenata para los enamorados, pero para Raphael, ¿estar enamorado es?
Es la sensación ideal de la vida, el estado perfecto del hombre y la mujer siempre y cuando sea un enamoramiento en el que las luces no se le vayan al cerebro. Yo lo he vivido intensamente.
¿Qué le pone a Raphael el corazón en carne viva?
Muchas cosas. No todas buenas; el desamor del mundo, la miseria y las guerras sin sentido. Vivimos en un mundo complicado y cada vez lo queremos complicar más.
¿Cómo está de salud?
Yo estoy muy bien. Con una salud bárbara y una energía enorme. Parece que el trasplante me hizo la vida vertiginosa y no tengo palabras para dar gracias a Dios.
¿Es tan dramático dentro del escenario como fuera?
Esa es mi manera de trabajar, soy pasional cien por ciento y ahí es donde lo demuestro, porque en mi vida personal soy una persona bien tranquila.
¿Da miedo cuando se enoja entonces?
No, digamos que tengo un muy buen carácter pero mal genio, pero al tener mal genio son tres segundos lo que me dura. Yo digo un “no” muy fuerte y ya luego se acabó.
El “Divo de Linares” mantiene en casa esa aura o hace labores como levantar el plato de la mesa.
Le juro a usted por Dios que sí (se ríe). El “divo” es una persona muy normal en su casa, en el escenario soy capaz de cualquier cosa, que a lo mejor en la vida normal no. Y qué bueno que sólo sea ahí, porque si fuera todo el día así, sería un poquito pesado (se ríe).
¿Hay algún artista que hoy le llame la atención?
Muchos, pero no me hagas decir un nombre porque me haces quedar mal con todos. Me gusta estar bien con Dios y con el diablo, no quiero crearme enemigos (ríe).
Parece tico siendo políticamente correcto.
Y quién te ha dicho a ti que yo no soy tico, vaya usted a saber, por qué no le empezamos a rascar que a lo mejor salga.
¿Qué hace fuera del escenario?
No lo extraño cuando estoy fuera, me dedico a mis hijos, a mi pintura y a mis amigos. Tengo una familia maravillosa.
¿Yo sé que tiene nietos también?
Yo no soy eso. Mis hijos tienen hijos (se ríe). Lo que pasa es que me llaman por mi nombre, desde que nacieron lo han oído, entonces lo repiten, pero saben quién soy. Una vez la más grande, Manuela (6 años), cuando tenía 3, le dije ¿oye Manuela quién soy yo? y me dijo “Raphael”. Y le dije ¿pero qué soy tuyo? y respondió: “mi abuelo”.
¿Un mensaje para los ticos?
Qué vayan con mucha alegría al concierto y que ojalá sea tanto para ellos como para mí: nuestra gran noche.
No se lo pierda
Las entradas: boletería del Gimnasio, de 10 a.m. a 5 p.m., el lunes hasta las 8 p.m. También en mundoticket.com, Servimás, Call Center 2207-2025, Hotel Herradura y Bansbach.
Ya no quedan entradas de VIP ni Preferencial, quedan pocas en la Gradería.
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