El Cairo / AP. - Los egipcios se mostraban esperanzados ayer, aunque enfrentan un futuro incierto, mientras numerosos manifestantes decidieron seguir acampando en una emblemática plaza céntrica de El Cairo hasta que reciban garantías claras de que serán cumplidas sus exigencias de democracia.

Varios vehículos consumidos por el fuego fueron retirados y los soldados egipcios barrían las calles y retiraban barricadas para abrir al menos el paso hacia la Plaza Tahrir (Liberación) después de una noche de jubilosa celebración y de casi tres semanas de protestas que forzaron al presidente Hosni Mubarak a entregarle el poder a las fuerzas armadas.

Por la tarde el ejército garantizó que se cumplirían todas las peticiones y que entregaría el poder a un gobierno democrático.