Domingo 13 de febrero de 2011, San José, Costa Rica
Ovación | William Sunsing trabaja en proyecto con la comunidad
Una bola les da paz
Jóvenes del barrio Limoncito, en Limón, olvidan sus problemas por medio del fútbol
  • William Sunsing da instrucciones a sus pupilos, quienes lo admiran y siguen al pie de la letra sus indicaciones, en la plaza del barrio Limoncito. José Rivera
    William Sunsing da instrucciones a sus pupilos, quienes lo admiran y siguen al pie de la letra sus indicaciones, en la plaza del barrio Limoncito. José Rivera

Juan Diego Villarreal
jvillarreal@aldia.co.cr

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Puerto Limón. Es quizás el único momento del día donde se sienten en completa libertad, donde olvidan sus problemas y solo piensan en jugar al fútbol.

Son cerca de las 5:30 p.m. del jueves 3 de febrero, en la plaza de fútbol del barrio Limoncito, en la provincia de Limón.

Está llena de sonrisas, gritos y bromas. Mientras la luz del día se marchaba, se encendía la luz de la ilusión para estos jóvenes y sus familias, quienes se acercaron a observar el entrenamiento.

En otras circunstancias, al llegar la noche la gente ya estaría en casa, con temor a alguna bala perdida de las peleas entre pandilleros, o bien ser asaltados.

El patear el balón es el escape a las drogas, las pandillas y la delincuencia, que tienen por ahora un puñado de niños y adolescentes del Barrio Limoncito.

De la mano del jugador de Limón FC, William Sunsing y el misionero, Erubei Concepción Ayala, los muchachos se reúnen en la humilde plaza de la localidad.

“Aquí en esta cancha se ha derramado la sangre de varios adolescentes. Nosotros estamos luchando contra eso, queremos darles por medio del deporte la oportunidad de surgir, de liberarse de este flagelo”, aseguró el misionero, de origen panameño.

El barro y los charcos en la cancha de fútbol, tras la lluvia de la mañana, es lo de menos.

Inquietos y entusiasmados, en tenis, tacos y algunos descalzos, 50 jóvenes solo esperan la llegada de William Sunsing, para iniciar la práctica y ponerse a jugar.

“Hay ciertas reglas que deben cumplir si desean estar en el equipo. Lo primero es no decir malas palabras, ni pelearse con sus compañeros. Deben orar con todo el grupo, hacerle caso a Sunsing y asistir a las charlas, donde se les habla del poder de Dios”.

“El proyecto de la Casa Nazareth es que los jóvenes abandonen el vicio. Ese es nuestro trabajo acá en Limoncito, Cieneguita y Barrio Los Lirios. Esa es la única forma de que puedan superarse”.

La penumbra se adueñó de Limoncito, pero en la plaza todos disfrutan como chiquillos, con los juegos y enseñanzas de William, quien corre de un lado a otro, trae las tres bolas, los seis conos y los chalecos con que cuentan.

El delantero de Limón no deja de sonar el silbato y suda con la misma intensidad que sus pupilos. La práctica terminó en Limoncito, pero un día más los jóvenes están a salvo del peligro.

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