Felipe Arrieta S.

         

Las olas tornearon su escultural cuerpo, el sol pintó su piel de color canela y Jacó le heredó la simpatía y humildad que caracteriza a los porteños, formando una combinación perfecta que se refleja en Andreína.

Y no es para menos, la modelo llegó a Jacó a los ocho meses de nacida para quedarse, creció jugando en la arena junto a sus hermanas.

“Vivíamos en Alajuela, a los ocho meses mi mamá me llevó a Jacó junto a mis hermanas y desde ahí ya nos íbamos a la playa”, recordó la modelo que de paso, confesó que de niña hizo una que otra diablura.

“Siempre le decía a mí mamá que me iba a quedar donde una amiga y nos escapábamos todos los compañeros, y después, cuando llegaba, era esa fajeada que me pegaba”, recordó Samudio.

Aunque cueste creerlo, ella fue quien planeó todo para dar su primer beso.

“Le envié una carta al chiquillo que me gustaba que decía: hola me gustas mucho, quiere darme un beso: si, no, tal vez”, recordó entre risas la guapa morena.

Su paso por el colegio estuvo marcado por las escapadas a la playa.

“A veces no teníamos plata y hacíamos recolectas en el colegio para comprar comida y llevar a la playa”, aseguró la porteña.

Fue así como a los 15 años aprendió a surfear, deporte que corre por las venas de los Samudio.

“Ahora surfear se me complica, pero igual ya están en representación de la familia mi hermana y mi sobrino Ziggy de apenas cuatro años”, aseguró con orgullo.

Su paso por la televisión en el programa de Teletica Formatos, “A toda máquina”, la hizo descubrir su vocación por el periodismo.

“Mi entrada al programa me hizo inclinarme por el periodismo, estoy empezando, es mi primer cuatrimestre, me gustaría trabajar en deportes”, contó Andreína.

Su semana se divide entre una rutina que incluye la universidad, el programa y constantes sesiones de fotografía y los viajes a Jacó.

“Martes, miércoles y jueves estudio, los domingos voy al programa y el resto del tiempo lo pasó en Jacó y aprovechó para surfear y estar con mi familia”, explicó la porteña.

Para fortuna de todos sus seguidores su corazón aún no tiene dueño.

“Estoy soltera, tenía una relación pero no funcionó”, confesó Samudio, quien aseguró que la conquistan los hombres cariñosos, honestos y físicamente me gustan altos, que hagan deporte.

Fuera de las pasarelas

Dominó las olas en torneos a nivel local e internacional como el Circuito Nacional, Mundial Junior en Tahití y el Panamericano en Perú, ahora por sus nuevos proyectos lo practica como “hobby”.

Cada vez que viaja a Jacó, ayuda a su mamá en el restaurante El Malecón, donde atiende a la clientela.

Le encanta ir de compras, en especial de zapatos, asegura tener más de 15 pares.

Familia

Andreína es la menor de cinco hermanas y tía de la misma cantidad de sobrinos.

Le encanta comer mariscos, en especial el ceviche.

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