New Jersey, EE.UU. Por ratos no sale en la pantalla de su televisor. Desaparece abierto a un costado. Y de él se espera más.
Bolaños lo sabe, se propone seguir subiendo de nivel y defiende su función, más en favor del equipo que del destaque personal, sin agachar la cabeza ante las críticas hacia él o la Selección.
“Es parte del vivir, uno tiene que acostumbrarse. Es incómodo porque uno trata de hacer las mejores cosas, pero uno ve y siente. Trato de no darle importancia, las críticas siempre van a estar y hay que acostumbrarse a ellas”.
Aunque su rendimiento ha rozado lo aceptable, Bolaños está llamado a hacerse sentir, como el legionario de referencia al lado de Ruiz. De momento, no ha marcado diferencia, a veces muy atado a la banda donde espera un cambio de juego que tarda en llegar.
“De afuera todo se ve diferente. La idea es abrir bien la cancha y hacer circular bien la pelota para que se dé el cambio de juego. Ojalá contra Honduras se dé, para poder crear una jugada de gol”.
“Tal vez hemos tomado decisiones malas, pero así es el fútbol, hay que intentarlo”.
Por ratos parece un desperdicio que uno de los jugadores más habilidosos en la Selección no entre más contacto con la pelota, pero él responde que “en el fútbol no siempre es tocar la bola”. Cristian defiende como igual de importante el correr, abrir espacios, jalar marcas, para que otros toquen la pelota. Si a él le toca tenerla, encantado, pero si no, como dice una y otra vez en cada entrevista “es parte del juego de equipo”.
Aún sin gol, luego de siete partidos bajo el mando de La Volpe, tampoco se desespera por anotar, siempre y cuando el plantel lo haga. Reconoce que la “Sele” se vio mal ante México, pero confía en que hoy será “una revancha”.