Limón. - Una zurda privilegiada, acertado a la hora de marcar y goleador por naturaleza, fueron las principales virtudes que los primeros entrenadores detectaron en Dennis Marshall cuando apenas era un niño de nueve años que vivía en en el barrio Corales III.
“Siempre le ponía la punta del zapato a la bola, la jalaba para atrás, enganchaba hacia la izquierda y salía libre”, recordó ayer Horacio Esquivel, el primer entrenador que tuvo el defensor.
El técnico, con los ojos aguados, mencionó que desde niño también se destacó por tener un potente remate a marco y facilidad para anotar de cabeza.