Nadie sabe cómo se le ocurrió ni si realmente pensó que se saldría con la suya, pero lo hizo.
De pronto, sin contar con antecedentes penales, un tranquilo chofer de un centro educativo privado capitalino se convirtió en “peligroso asaltante bancario”.
Este hombre, de apellido Winiker, llegó a las 11:30 a.m. del 19 de mayo anterior a la sede central del Banco de Costa Rica, en San José, para hacer fila en la caja 19.
Esperó varios minutos y cuando por fin le tocó su turno, le entregó un papel al sorprendido funcionario bancario quien, tras leerlo, se puso pálido del susto.
Winiker hizo gestos con su cabeza, para presionar al cajero –según las autoridades – y fingía tener una pistola en su chaqueta.
El cajero, de apellido Salas, no daba crédito a lo que le estaba sucediendo, tampoco supo en ese momento qué hacer con el papel, ni cómo reaccionar.
Alguien había escrito a mano: “lea bien, no es una broma, quiero 30 millones de colones y lo que tengás en dólares, si haces algo mal, como llamar al guarda o policía o cualquier botón de emergencia, me veré obligado a matarte a ti y al guarda y mis dos socios matan a tu familia. Cuando tenga yo el dinero y seguro, llamo a mis socios y tu familia a salvo estará, tienes 5 minutos”.
Salas tocó el timbre de emergencia alertando sobre el atraco, pero no pudo soportar tanta presión y cayó desmayado. Winiker tuvo que salir corriendo pero lo detuvieron poco después.
Ese mismo día, siete horas después del frustrado asalto, lo juzgaron en el Tribunal Penal de Flagrancia de San José, a cargo del juez David Hernández Suárez
Aceptó los cargos sin chistar y exclamó apenado: “me equivoqué, me equivoqué”.
Le impusieron tres años de cárcel, pero le concedieron el beneficio de ejecución de la pena por cinco años. Durante este tiempo no podrá cometer otro delito.
Líder de fuga temía por su vida
Rematarán todo un pueblo de Los Chiles por una deuda
Sala IV advierte que cobro de ciertas multas sigue suspendido
Niño asaltó a 10 mujeres en Hatillo 6
Seguridad registrará marca policial
Ebais en Santa Lucía de Barva atenderá a 5.400