“Ella era mi mano derecha, mi amiga, una verdadera hija para mí. Me dejó lindos recuerdos y tres hijos. Sin ella, la vida no es linda”, afirma Flor María Rojas Salas al recordar a su nuera, Natalia Meléndez Quesada, una de las cinco víctimas mortales del accidente. Tiene sus fotos colocadas en las paredes de la sala y asegura que aún sueña con ella. “Era la muchacha más trabajadora del mundo. Luchaba por sus hijos como pocas y nunca la vi cansada, tampoco quejarse de nada. Siempre sonreía”, añade.