María Acosta Baldomero, de 94 años, se ganó el respeto de los pobladores de San Carlos gracias a los invaluables servicios que desinteresadamente prestó a su comunidad.
Fungió como partera empírica, directora de la cocina de los turnos y fiestas comunales, integrante de la Junta de Educación y del patronato de la escuela local.
Ella nació en el distrito de Buena Vista, pero desde hace 72 años vive en Florencia.
“Su mayor virtud ha sido la generosidad y solidaridad con los más necesitados. Aunque la comida le estuviera faltando para alimentar a los suyos, no dudaba en dársela a quien la buscaba para que llenara su estómago”, afirma Alberto Murillo, taxista establecido en Muelle.
Pese a su avanzada edad, María sigue apegada a las actividades productivas. Hoy disfruta sembrando matas de café y orquídeas para adornar el frente de su casa.
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