Tras cinco años desde que una enfermera acusó a su jefe por el acoso sexual que sufrió en el hospital de San Carlos, la Sala Segunda le dio la razón.
La dirección de enfermería del hospital despidió al funcionario ante la denuncia de la mujer, pero este acudió al Juzgado de Trabajo que ordenó reubicarlo y pagarle los salarios caídos. Ante ello la Caja acudió a instancias superiores y fue ahí donde la Sala II revocó el fallo y dejó en firme el despido del implicado.
Bastó la palabra de la enfermera
“Ese señor comenzó a enamorarme diciéndome cosas feas, como por ejemplo al referirse a mi cuerpo especialmente a las caderas...”, relató la ofendida.
Esa situación la obligó a buscar tratamiento de salud mental, por el daño psicológico sufrido y además estaba temerosa por su trabajo.
Según los magistrados se constató una llamada del sujeto al celular de la enfermera en horas de la madrugada sin que existiera justificación.
Además, el relato de la afectada fue coherente y preciso. Su testimonio nunca varió y no hubo contradicciones.
