Domingo 19 de agosto de 2012, Costa Rica

Edgar Cartín, creador de “El Galán”, contó cómo pasó de lavar buses a tener una exitosa empresa

Un Tío Conejo moderno

Isaac Lobo

ilobo@aldia.co.cr

Edgar Cartín nunca imaginó que al inventar a “El Galán”, popularizado en “Informe 11”, iba a calar tan fuerte en los corazones de los costarricenses.

Su creación se podría describir como un Tío Conejo moderno, porque representa –en gran medida o en poca – al “polo” “tuanis” que llevamos todos por adentro.

Al igual que el personaje de la escritora Carmen Lyra, es un entrador, un valiente, el tipo que soluciona sus carencias con chispa y que de una u otra forma siempre se sale con la suya.

Es un simpático campesino con tintes de ciudad, que no es tonto ni atrasado como algunos humoristas han querido retratar al tico del campo. Al contrario, siempre conquista a la chiquilla linda.

Cartín aunque muy serio al hablar, tiene una historia de superación comparada a la su héroe.

El superó la pobreza con astucia y es dueño de la exitosa empresa Rótulos Cartín.

¿Cómo fue su infancia?

Soy nativo de Pérez Zeledón, pero me trajeron a los dos meses a vivir a Cartago. Tuve muchas carencias, compensadas con una gran libertad, como jugar bola en los potreros o bolinchas y trompos en la calle.

¿Qué tipo de carencias?

Todas las conocidas. Mi papá, quien ya falleció, era el único traía el sustento al hogar conformado por tres hijos. Trabajó como jornalero, como repartidor de leche y luego de pan, de lo cual yo siendo niño le ayudé. Luego tuvo un empleo más estable en el MOPT donde se pensionó.

¿Su mamá es igual de chineadora que la de “El Galán”?

Igual y hasta un poco más diría yo. Ella es súper buena, es el pilar fundamental de mi vida, pues me apoya en todo.

¿Qué estudió usted?

Yo llegué hasta tercer año de colegio, luego me puse a trabajar. Ya de 20 años estudié Dibujo Comercial y Publicitario, que me ayudó a formar mi empresa Rótulos Cartín, con la que llevo 30 años.

¿Como empezó en eso?

A los 16 años yo lavaba buses en Concepción de Tres Ríos, luego me ascendieron a chequeador, pero en la oficina en la que estaba todo el mundo entraba, así que hice un rótulo que decía: “Prohibido el paso a particulares”. Un chofer lo vio y me pidió que le rotulara el bus, todavía me acuerdo: “Concepción, La U ¢2,50”.

¿Qué pasó después?

El dueño de los buses me mandó a llamar, porque quería saber si era yo quien había hecho el trabajo. En mi mente me decía “ya me despidieron”. La sorpresa que me llevé fue que me solicitó que rotulara todos los buses y me pagó ¢100. ¡Nunca había visto tanta planta junta! Se la di a mi papá y empecé mi negocio, porque me llegaron a buscar más empresarios transportistas.

¿Ahora cuántos trabajan para usted?

Llegamos a tener 36 empleados, pero ahora, gracias a la tecnología solo 14, entre ellos mi hermano.

¿Alguna vez la vio fea?

Sí, hace 23 años choqué el carro que me había comprado y por no trabajar me echaron del local. Era Navidad y no tenía plata ni para darle un regalo a mi novia. Tuve que pedir prestado para pagar aguinaldos a dos personas que tenía conmigo. Mi madre me agarró, oró por mi y me bendijo. Cada vez que me recuerdo el pelo se me eriza. A partir de ese momento todo cambió. La bendición de una madre es increíble.

¿Tiene platilla?

Sí, gracias a Dios. No en gran cantidad pero vivo cómodamente. Lo mejor es que le pude dar gustos a mis padres.

¿Dónde vive?

En barranca de El Guarco, tengo tres mil metros cuadrados. Ahí en el patio está la casita de “El Galán”, que es una especie de museo, porque siempre me ha gustado tener antigüedades.

¿Es verdad que su casa tiene hasta piscina?

Sí, sí tengo. También tengo una colección de carros antiguos entre ellos una patrulla, que es un Ford de 1954.

¿Tiene otro negocio?

Sí, tengo propiedades y apartamentos que alquilo.

Muy personal

¿Cómo es Edgar Cartín?

Soy una persona muy seria, no ando en un puro vacilón como la gente cree. Tengo un carácter fuerte pero el personaje me ha ayudado a cambiar.

¿Por qué nunca se casó?

La vida se me ha pasado muy rápido, seguro por darle prioridad al trabajo. Está entre mis planes, porque tengo una novia desde hace 18 años.

¿Cómo empezó con la actuación?

Me inicio en el teatro por mi padre. Yo siempre me ponía vacilar en las fiestas y actividades de familia. Mi papá vio un anuncio en el periódico, hace 20 años, donde daban clases de actuación. Me metí y el profesor era Luis Brilla. De los 85 alumnos él escogió a 15, entre ellos a mi persona, para hacer un grupo de teatro. Luego me salí y formé uno en Cartago.

¿Cómo llega a la televisión?

Se me dio la oportunidad de trabajar en “La Pulpería” de canal 13 hace 10 años. Ahí hacía a “Lino” que era un borrachillo y “Flor de ensueño” que es una “loca”. Luego creé a “Caché” que es un improvisado, para las transmisiones de los toros. Yo trabajaba con Fabio Muñoz y con William Bonilla. Bonilla se fue a “Informe 11” y me llamó para que fuera hace tres años y medio.

¿Para qué?

Para que ayudara a armar la sección “Yo canto”. Como los músicos querían que yo apareciera fue cuando tuvo que inventar a “El Galán”, el personaje que menos he elaborado.

¿Se basa en alguien?

Sí, en un músico de Corralillo de Cartago, quien tiene una agrupación, pero así, de campo, quien se cree que es un menecazo, anda muchas cadenas de plata, anteojos Ray-Ban, el pelo chupado y zapatos blancos.

¿Qué tiene de su personaje?

Tal vez que me gusta la música, siempre he sido alegre y también un poco enamorado.

¿Dónde consigue las camisas coloridas?

En tiendas de ropa americana y los pantalones me los pago a hacer donde un sastre.

¿Vive con su mamá igual que “El Galán”?

No, yo vivo solo.

¿Lo bueno y lo malo de haber creado ese personaje?

Lo bueno es que hay satisfacciones personales tremendas como llevarle tanta alegría a tanta gente. Lo malo es que uno pierde la privacidad.

Las 5 rapiditas

¿Le pagan en el 11? Honestamente, hasta este año, pero algo simbólico, en realidad gasto más de lo que percibo. Yo compré una micro para llevar al grupo y me costó ¢4 millones y se volcó en un viaje y arreglo me costó ¢350 mil. Ganancia no me deja.

¿Por qué su afición por los objetos antiguos? No sé, siempre me han llamado la atención. Tengo un montón de cosas, pienso que tienen una magia. En mi casa prefiero que me quiebren un tele nuevo porque esos se pueden reponer.

¿La gente cree que anda con Maureen Salguero? Sí, sí creen. Pero no, nada de nada, ella es muy buena amiga mía, pero nada más. Aunque no lo voy a negar, ella es una mujer súper guapa.

¿Cuál considera que ha sido su mayor logro? He tenido muchos, pero el más grande fue el hacer feliz a mi mamá. Ella me pidió un día que nunca tomara alcohol y por dicha nunca lo he hecho, ni tampoco he tocado un cigarro.

¿Cuál es su mayor extravagancia? Haber adquirido una cámara fotográfica antigua, que era de un estudio fotográfico de Cartago. Solo ese había entonces casi todos los cartagineses se tomaron una foto en ella, incluso mis abuelos.