Damasco, Siria/ AP. - Una explosión sacudió una transitada intersección ayer en el centro de la capital siria, alcanzó a un autobús de la Policía y dejó al menos 25 muertos en lo que según las autoridades fue el segundo ataque suicida en dos semanas.
El vehículo quedó perforado por metralla y con sangre en los asientos, mientras que en la calle también había charcos de sangre tras la detonación, que ocurrió exactamente dos semanas después que dos bombas contra agencias de inteligencia en la capital mataran a 44 personas.
Los atentados representan un aumento en la violencia en momentos en que observadores de la Liga Árabe recorren el país para investigar la represión del presidente Bashar Assad contra una sublevación popular.
La oposición ha cuestionado las afirmaciones gubernamentales de que los ataques son obra de terroristas, e insinúa que el régimen podría haber estado detrás de la violencia con el fin de mostrarle a los observadores que es una víctima del caos.