Manchester/AFP. El delantero uruguayo Luis Suárez, que fue suspendido ocho partidos tras ser considerado culpable de insultos racistas a Patrice Evra, rechazó este sábado dar la mano al francés antes del partido Manchester United - Liverpool (2-1) de la liga inglesa.
Este encuentro de máxima rivalidad fue el primero que Suárez juega frente al United desde la gran polémica vivida en los últimos cuatro meses.
Evra intentó forzar el saludo con el uruguayo en el tradicional apretón de manos entre los jugadores, agarrando el brazo del uruguayo, pero Suárez, que siempre ha negado las acusaciones de racismo, lo rechazó con un gesto brusco y pasó a saludar al siguiente jugador, el arquero español David De Gea.
Rio Ferdinand, testigo de esa escena y hermano de Anton Ferdinand, el jugador que acusó recientemente a John Terry también de insultos racistas, se negó por su parte a saludar a Suárez, en solidaridad con Evra.
Después de ese brusco inicio, el francés mostró en varias fases del partido su enfado y a los treinta segundos de juego intentó una fuerte entrada sobre el uruguayo, en mitad del campo, pero el uruguayo pudo esquivarlo.
Durante el resto del partido, la tensión entre ambos estuvo muy presente, pero sus equipos estuvieron atentos para evitar un enfrentamiento directo cuando ambas formaciones se retiraron a los vestuarios.
Evra no se privó de acercarse a la zona donde estaba Suárez al final del partido para celebrar a lo grande la victoria, recibiendo una gran ovación desde la grada.
Tras el partido, el entrenador del Manchester United, Alex Ferguson, se mostró indignado con la actitud de Suárez.
“Es una vergüenza para el Liverpool. No deberían dejar que ese jugador estuviera más con el Liverpool”, afirmó el técnico escocés. “Es terrible lo que ha hecho. No puedo creerlo”, sentenció.