El Cairo, Egipto/ AP. - Hosni Mubarak fue condenado ayer a prisión perpetua por no impedir la matanza de manifestantes durante la insurrección que lo derrocó el año pasado. Tanto el expresidente como sus hijos, fueron absueltos de cargos de corrupción, lo cual provocó inmediatamente una ola de protestas en las ciudades egipcias.
Hacia el anochecer, millares de personas colmaron la Plaza Tahrir (Liberación), en el centro de El Cairo, que fue el eje del levantamiento del año pasado contra Mubarak. Ahora la manifestación fue convocada por grupos revolucionarios y por el poderoso partido opositor Hermandad Musulmana para expresar indignación por las exoneraciones.
Tras la sentencia, Mubarak, de 84 años, sufrió una crisis de salud en el helicóptero que lo trasladaba a un hospital carcelario cairota. Un medio estatal dijo que se trató de un ataque cardíaco, información que no se pudo confirmar de inmediato.
Las fuentes dijeron que Mubarak protestó, lloró y se resistió a bajar del helicóptero que lo llevó a un hospital carcelario desde su detención en abril del 2011.
Horas antes, Mubarak permaneció impasible y con el entrecejo fruncido en la jaula metálica de los acusados mientras el juez Ahmed Rifaat leía la sentencia. Sus hijos Gamal y Alaa parecían nerviosos, pero no reaccionaron ante la condena de su padre ni su propia absolución.