Tras una intervención desde julio, los vecinos de Quircot, Cartago, cuentan ahora con un templo completamente remozado e incluso más seguro. El ingeniero José Enrique Salazar Vargas lideró el proceso.
La iglesia colonial presentaba problemas de comején y goteras, así como una vieja instalación eléctrica, entre otras fallas más en su estructura, las cuales arrastraba desde hacía más de 10 años, cuando se realizó la última restauración.
“Tenía un ataque de insectos xilófagos (termitas) y había problemas propios de la cubierta que permitían el ingreso de agua a la iglesia”, dijo Adrián Vindas, director del Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura.
Según Vindas, en algunos casos el comején se puede fumigar, sin embargo, cuando los insectos están muy penetrados es necesario cambiar las piezas de madera, acción que se debió ejecutar en la iglesia.
“Su estado era regular, el hecho de que una edificación se mantenga en uso permite ver a tiempo algunos defectos y corregirlos. El problema es cuando son edificios desocupados”, aseveró.
Vindas indicó que en esta restauración se invirtieron ¢20 millones. Aún no se ha firmado el acta de recepción definitiva de las obras, lo cual se hará hasta después de efectuar un listado de detalles por cumplir.
“No recibimos la obra hasta tanto no se haya revisado dos veces”, afirmó.
Viejitas pero aún se usan
Ahora, la iglesia no solo tiene un aspecto estético remozado, sino que la restauración le permite estar en óptimas condiciones para ser utilizada.
Al igual que ocurre con la Iglesia de Orosi, en esta misma provincia, se trata de templos antiquísimos, pero que aún prestan un gran servicio a la comunidad.
“En las restauraciones, sobre todo de los templos, nos planteamos el garantizar la seguridad del usuario. El hecho que sea un edificio patrimonial no implica que no podamos tratar de mejorar su capacidad de resistencia sísmica, esto sin restarle el valor de la integridad patrimonial del edificio, aseveró Vindas.
El de Quircot es uno de los cinco templos históricos que el Centro de Patrimonio interviene no solo para mejorar su aspecto, sino también para rehabilitarlos y ponerlos en funcionamiento.
“Hemos invertido mucho en templos de comunidades alejadas del país que no reciben el apoyo de las altas autoridades eclesiásticas del país”, aseveró.
Los franciscanos, mismos que evangelizaron la zona, levantaron esa iglesia y la de Orosi.
En su interior se guarda una colección de imágenes, muebles y otros objetos del siglo XVI.
La patrona es la Inmaculada Concepción de María. El templo fue incorporado al Patrimonio Histórico Arquitectónico de Costa Rica en octubre de 2002.
Quircot pertenece al distrito de San Nicolás. Queda dos kilómetros al noroeste de Cartago.
Son identidad
Identifican zona y cantón
Actualmente el Ministerio de Cultura trabaja en la propuesta de restauración del templo de San Blas de Nicoya y el de Puriscal para iniciar obras el próximo año. En esta última edificación se plantea la posibilidad de un reforzamiento estructural.
Con daños por terremoto
Para el 2013 se espera restituir las iglesias de Naranjo y la de San Blas de Nicoya. Ambas sufrieron daños por el terremoto del 5 de setiembre.
Al rescate de sus legados
Otros templos como el de La Agonía en Liberia, el de La Pastora, en Turrialba, barrio San José de Alajuela, la capilla de San Miguel de Santo Domingo de Heredia, el de San Joaquín de Flores en esa misma provincia y el templo de Golfito, también fueron restaurados.
A la mayoría se le realizan cambios del sistema eléctrico, de canoas y de pintura en general. En el caso del templo de Golfito, Adrián Vindas, director del Centro de del Ministerio de Cultura, indicó que quedan muy pocas edificaciones como esas en el país, tiene una arquitectura de enclave bananero de los años 30.
En cuanto a la iglesia del barrio San José de Alajuela, aseveró que posee una estructura de calicanto que es un diseño constructivo muy particular, por lo que requieren de la asesoría de expertos. Esta iglesia está en completo desuso.
El templo de San Rafael de Heredia será restaurado.
