Hugo Solano
Patricia Recio, colaboradora
hsolano@aldia.co.cr

Los dos sospechosos de asesinar a la salonera Yerlin Marín Salazar y dejar heridas a otras dos mujeres, detenidos ayer, tenían en su poder un celular que los vincula con el crimen de los estudiantes Pamela Chaves y Rolando Orozco, confirmó el director del OIJ, Jorge Rojas.

El primer supuesto homicida, apellidado Mora, cayó a las 2:30 p.m., cuando fue a firmar a los Tribunales de San José, medida cautelar que se le impuso por un caso de robo agravado.

Vecinos que prefirieron no ser identificados dijeron que desde el martes no lo veían, y ese día observaron que andaba con el pelo teñido y se dejó crecer la barba.

El segundo detenido, de apellido Mena, de 28 años, es vecino de Villa Esperanza de Pavas. Su captura se dio a las 6:15 p.m. en una casa en Lomas del Río, donde estaba escondido.

Una mujer, novia de uno de los implicados, detenida ayer, también en horas de la tarde, fue dejada anoche en libertad.

Además del teléfono celular, que el OIJ confirmó era de Pamela Chaves, la Policía decomisó en los tres allanamientos un arma 9 milímetros, una escopeta Winchester y un chaleco antibalas.

El Director del OIJ informó, además, que el carro usado para perpetrar el crimen de Yerlin Marín fue un Hyundai Accent blanco, de cuatro puertas, con cola de pato, vidrios polarizado y aros de lujo, el cual aún no aparece.

Rojas solicitó a quien tenga informes del vehículo avisar al 2295-3311.

Dijo que puede estar en un parqueo o guardado en alguna casa por personas de buena fe que no saben que se trata del carro usado para cometer el delito.

Mataron por placer

Según Rojas, se trata de delincuentes comunes, cuyo objetivo no es solo robar, su placer es matar, ya que ninguna de las víctimas opuso resistencia.

Para asegurarse de salir impunes, dispararon a la cabeza de las dos sobrevivientes del último caso: Angie Peraza, de 25 años, y Arelis Marín, de 28, a las cuales creyeron muertas.

Aunque las casas allanadas quedan en Pavas, muy cerca de donde vivía Pamela Chaves, Rojas afirmó que los presuntos homicidas escogían a sus víctimas al azar.

Por ahora no hay indicios para vincularlos con las muertes del periodista Julio Acuña y la profesora Yoselín Rojas, asesinados en junio, pero no se descarta que surja algún ligamen después.

Algunas similitudes con el crimen de los estudiantes Chaves y Orozco, asesinados en Pavas el 19 de agosto anterior, hicieron que al día siguiente de la muerte de Yerlin Marín, un equipo asumiera este otro.

Existía la inquietud de que en lugar de aclarar un crimen fueran, al menos, dos.

El director del OIJ había manifestado el día anterior que las in vestigaciones iban bien encaminadas, y ayer se tuvo el desenlace esperado.

Por ahora, tres familias tienen aun poco más de tranquilidad, al saber que los presuntos homicidas de tres jóvenes se enfrentarán a la justicia.

Colaboró: Carlos Láscarez

“Nadie me devolverá a mi hija”

El sospechoso tenía más de dos
meses de tener el teléfono de
Pamela. Archivo.

El anuncio del hallazgo de un teléfono celular que pertenecía a la estudiante de diseño Pamela Chaves Umaña, de 22 años, dentro de la casa de uno de los sospechosos, impactó anoche a su padre, José Ramón Chaves.

Vía telefónica, Chaves aseguró a Al Día que la noticia le causó asombro, aunque aseguró que las detenciones de los sospechosos no le darán paz.

“Nunca pensé que los dos casos estuvieran ligados. Da un poco de tranquilidad saber que no van a volver a causar daño en otras familias”, dijo.

Agregó que aunque la Policía liga a los sospechosos con el asesinato de su hija y el de Rolando Orozco Alpízar, de 24 años, no gana nada con eso.

“Nada ni nadie me va a devolver a mi hija. Nadie me ha llamado para decirme que ese era el teléfono que portaba Pamela. No gano nada con que los tipos se pudran en la cárcel”, afirmó anoche.

El homicidio de los jóvenes se remonta al 20 de agosto pasado, cuando descubrieron los cuerpos en Pavas, uno en las cercanías de un motel y el otro en las inmediaciones del aeropuerto Tobías Bolaños.

Quiere todo el peso de la ley

Yerlin Marín murió la madrugada
del martes al salir de su trabajo,
su cuerpo apareció en Belén.
Archivo.

Carlos Marín, el papá de Yerlin, se mostró satisfecho a medias con la noticia de la captura de los sospechosos de cometer el crimen en el que su otra hija Arelis y una amiga de ambas, Angie Peraza, resultaron heridas.

Marín afirmó que anoche no había sido informado oficialmente de parte de las autoridades, por lo que no iba a dar el asunto de la detención por un hecho.

“No estaré convencido hasta que vea la sentencia”, insistió.

Comentó que espera que todo el peso de la ley caiga sobre quienes tanto dolor han causado a su familia.

“Voy a hablar con un penalista para que me diga cuánto es la pena máxima por robo, cuánto por secuestro, por violación, por homicidio y que el total de esas penas sea lo que se les aplique”.

Además dijo que no aceptará reducciones de penas ni años de 200 días, pues a los asesinos de su hija se les debe “condenar como lo merecen”.

Marín además manifestó su descontento con el manejo de la seguridad en el país y aseguró que “ya se nos está saliendo de las manos”.

Padre de Rolando pide la pena máxima

Rolando Orozco apareció muerto el 20 de agosto en Pavas. Archivo.

Víctor Orozco, padre de Rolando, quien fue asesinado junto a Pamela Chaves, espera que los jueces impongan la pena máxima a los presuntos asesinos de su hijo.

“Siento que con mi hijo y Pamela se encarnizaron más”, pero aseguró que el perfil del crimen de Yerlin fue similar al de Rolando.

Comentó que el hecho de que esta vez existieran más pistas y una recompensa de por medio, ayudó para que se diera todo más rápido.

“Muchas veces hablé con el fiscal y le dije que el celular de mi hijo continuaba activado, pero me dijeron que no se podía rastrear”.

“Estoy de acuerdo con el padre de Yerlin, en que aquí muchas veces la justicia favorece a los delincuentes”.

Orozco aseguró que en el tiempo transcurrido desde el crimen de su hijo no le entregaron un avance del caso.

“Ojalá que les den la pena máxima, que no vuelvan a ver la luz nunca, porque tipos como esos no merecen nada”, recalcó.

“Yo siento que además de ellos debe haber más gente.

A mi hijo no lo voy a recuperar, pero siempre deseé que se hiciera justicia”, concluyó el padre de Rolando.