Ramón L. Méndez
Exárbitro
La palabra perfección no existe en el arbitraje.
Me da risa cuando se dan el lujo de catalogar a ciertos silbateros como “el mejor árbitro del mundo”.
Desde mi punto de vista eso es ridículo; lo que sí existen son buenos árbitros.
Muy lejos de la perfección, asimilan perfectamente la función de réferis, y específicamente es el caso del estadounidense Ricardo Salazar, quien dirigió el juego Saprissa - Cruz Azul. Me gustó su trabajo.
En su anterior juego, Costa Rica- Haití, le observé cualidades muy bien definidas, de buen silbatero, pero no me atreví a calificarlo muy bien, por la calidad de partido que se dio.
No fue tan fácil, pero no se le exigió como se le debía, aunque sabía que probablemente estaba ante un gran árbitro. Me despejó las dudas el miércoles, en el Saprissa.
Personalidad, decisión, excelente condición física y lo mejor; gran control del jugador en sus decisiones.
Que se equivocó, claro, por ejemplo considero que pudo sancionar un penal a favor de cada equipo, pero, ¿acaso no se equivocan los jugadores?
El arbitraje depende en un gran porcentaje de la credibilidad que el silbatero se gane en el juego.
Algunas veces sancionaba al revés la falta, pero hubo respeto a sus decisiones, algo que está muy ausente en nuestros jugadores hacia los árbitros.
© 2008. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.