Julio Peña, corresponsal
Rodolfo Martín
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Santa Cruz, Guanacaste. - Un nuevo inconveniente sufrió un juicio que se inició el 29 de setiembre en contra de cinco colombianos, a quienes el Ministerio Público acusa de tráfico internacional de cocaína.

Anteayer fue la cuarta oportunidad en que no se pudo continuar con el normal desarrollo del debate, debido a que no llegaron dos jueces y los defensores Roy Chin y Nury López. En la sala estaban presentes los cinco acusados y los fiscales Jorge Vallejos y Luis Carlos Contreras.

Tras varias horas de espera trascendió que los jueces y defensores no habían podido superar un derrumbe en Miramar, que interrumpe el paso entre Guanacaste y San José.

El primer incidente que atentó contra la continuidad del juicio ocurrió cuando la “perrera” que transportaba a los imputados se “pegó" en un hueco, a la salida de la unidad de admisión de Calle Real, en Liberia, por el mal estado del camino.

Al día siguiente, el traspié tuvo lugar después de que un motorizado de la Fuerza Pública, que servía de custodia a la caravana con los presos, estuvo a punto de morir cuando, frente al aeropuerto Daniel Oduber, cayó de la moto y rodó 15 metros por la carretera.

Un chofer, al parecer, irrespetó la señal de hacerse a un lado y se le vino encima al policía.

En otra oportunidad, el debate se demoró por una “gotera” en la sala de juicio y una suspensión por la falta de los jueces.

Los colombianos Flores, Estupiñán, Hurtado, Caicedo y Góngora fueron detenidos el 26 de agosto del 2007, en una zona montañosa de la hacienda Cabo Velas en la costa de Santa Cruz.

La Policía sospecha que habrían lanzado al mar 150 bultos con 20 kilos de cocaína, cada uno.

Viajaban en una lancha rápida que encalló en playa Ventanas, a la cual le prendieron fuego.