Christian Campos, corresponsal
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La Cruz. - Por trillos y montañas, el Comando Norte de la Fuerza Pública y el Ejército de Nicaragua buscan a un hombre de apellido Obando, presunto responsable de asesinar a Santos Uriel Pérez, de 24 años, la madrugada de ayer en “Las Vueltas” de La Cruz, Guanacaste.

Según las primeras investigaciones del OIJ de Liberia, Pérez estaba en la casa de su vecino Eduardo Aragón, cuya hija celebraba un año de edad, por lo que le hizo una fiesta a las 4 p.m.

A eso de las 9 p.m., tras salir de una cantina, llegó el homicida y empezó a dialogar con Santos.

“Se les vio en el patio de la casa, pero el ambiente, al parecer, estaba tenso, por discusiones que ellos se traían desde días pasados”, comentó un vecino que no quiso ser identificado.

Confirmó que Obando se la tenía jurada y hace cuatro días, enseñando un puñal, dijo que Santos “no pasaba de esta semana”.

El sospechoso del homicidio vestía una camisa con el logotipo del Mundial Alemania 2006 y, al parecer, Santos le hizo bromas que terminaron de enfurecerlo.

La madrugada de ayer, casi a la 1 a.m., los dos salieron fuera de la vivienda y en la vía pública, concretamente en la entrada principal de San Dimas, Obando hizo tres disparos al aire y uno directo al tórax de Pérez.

“Cuando llegamos, ya no se podía hacer nada por el ofendido porque presentaba un balazo certero, provocado con un arma calibre 22, y a muy poca distancia”, comunicó José Domingo Cruz, director de la Fuerza Pública local.

El capitán Cruz detalló que como el hecho fue a escasos 800 metros de la frontera norte, se coordinó con la Policía de Nicaragua para buscar al sospechoso que huyó del sitio a pie.

Desde Liberia, viajaron para el levantamiento del cuerpo el juez Juan Luis Arias y la representante del Ministerio Público, Rosa Romero Castellón.

A las 9: 40 a.m. se ordenó enviarlo a la Morgue Judicial en San Joaquín de Flores.

El sospechoso, de 55 años, está plenamente identificado y podría caer en las próximas horas, posiblemente en Nicaragua, dijeron los investigadores.

Vieja disputa

Maribel Gómez, amiga.

Este muchacho, Santos era muy querido y trabajador. A menudo iba con mi esposo a chambas”.

Eduardo Aragón, vecino.

El agresor hizo tres disparos al aire y Santos se puso detrás de mí. Jamás creí que le iba a disparar a quemarropa”.