Viernes 3 de abril de 2009, San José, Costa Rica
Ovación | Cinco puntos por mejorar y cinco puntos para creer
Se le debe pedir más
Bien con los resultados, en deuda con el juego ofensivo
  • AlDia.cr
    Celso Borges.

Antonio ALFARO
analfaro@aldia.co.cr

“Se le” puede pedir más, porque la Sele puede dar más.

De colores son los dos triunfos en casa, la posición en la tabla, la entrega del equipo, la jerarquía de Centeno. En blanco y negro el ataque, las escasas opciones de gol, la ausencia de goleadores encendidos, la ansiedad que envuelve por tramos.

Cinco virtudes

1. Se puede decir lo que sea, pero al final de cuentas es la tabla de posiciones la que manda. Costa Rica es sublíder con seis puntos, solo superada por EE.UU.

Con seis puntos, tan solo uno menos que EE.UU, la “Sele” va bien en la tabla luego de tres jornadas. Se suele decir que un equipo se garantiza el Mundial si gana los cinco juegos en casa y logra en algunos puntuar de visita. Un vistazo a las anteriores hexagonales lo confirma: los terceros lugares han terminado con 14, 17 y 16 puntos. Si la tendencia se mantiene, la Sele está a nueve o diez puntos del Mundial.

Aunque a mil costos, Costa Rica hizo valer su casa, donde la afición suele meter presión e intimidar rivales.

Costa Rica lleva once victorias seguidas en el Saprissa en eliminatorias. Se le ganó a Panamá (2-1), a Guatemala (3-2), Trinidad&Tob. (2-0) y Estados Unidos (3-0); recientemente a Granada (3-0), El Salvador (1-0), Surinam (7-0), Haití (2-0), Honduras (2-0) y otra vez El Salvador (1-0). Ya van ocho juegos en casa sin recibir gol en casa.

Centeno confirma su jerarquía y otros como Bryan Ruiz se van mostrando con más confianza y liderazgo.

Bryan tuvo un arranque intermitente con Kenton; talento no le faltaba, pero quizás sí esa jerarquía que tiene un Centeno. En los últimos juegos se le ha visto dispuesto a tomar la batuta.

Por guardametas no hay que preocuparse.

Ante la lesión de Ricardo González, titular en seis de los nueve partidos al mando de Kenton, no había nada que temer. Keylor Navas, con un par de buenas paradas, evitó un posible descalabro ante El Salvador.

A la Selección le faltan muchas cosas, menos entrega, pundonor, deseos, como demostró ante El Salvador.

Todos abrazados a la hora del himno nacional (abrazados no solo entre ellos, sino con la afición) los jugadores empezaron a mostrar su unión de grupo. Una vez en el juego, dejaron ver otro ingrediente no menos importante: el coraje. Le pusieron amor a cada jugada, aunque aún tienen que aprender a combinar esa entrega con la tranquilidad.

Cinco defectos

Muy pocas opciones claras de gol. Los remates directos son escasos y tardan en llegar, a veces más de 40 minutos.

Incluso en el triunfo contra Honduras, la “Sele” se vio en dificultades para generar peligro. Parece mentira, pero en ese 2-0 hubo que esperar 43 minutos para el primer remate directo de Costa Rica. En México fueron 54. Ante El Salvador fueron 20 minutos, pero de igual forma no se generaron muchas opciones claras de gol. El Salvador presentó un buen cerrojo y no había cómo abrirlo.

Los volantes ofensivos por los costados quedaron debiendo: Rojas y Sunsing en México; Alonso y Barrantes el miércoles.

Kenton parece no encontrar la fórmula con volantes ofensivos por los costados, aunque él asegura son cambios normales entre un juego y otro, según las necesidades. Contra México alineó a Rojas y Sunsing; cuatro días después, ante El Salvador, apostó por Alonso y Barrantes. Ninguno de los cuatro logró el aporte ofensivo que es capaz de dar.

La “Sele” no tiene ningún delantero en su momento, de esos temidos, que en cualquier instante desequilibran y marcan la diferencia.

No hay un “Chope”, de esos que con el nombre inquietaban. La “Sele” tampoco tiene un hombre gol en una de esas rachas que definen partidos. Furtado -por sus características- depende de las opciones que le genera el equipo y la “Sele” tampoco fabrica mucho. Más desequilibrante es Ruiz, goleador tico en la eliminatoria (cuatro goles), pero la “Sele” lo está necesitando más lejos del marco.

En México fue presa de la timidez, con exceso de respeto. En Costa Rica estaba siendo derrotada por la ansiedad. Es una Selección que apenas está aprendiendo a manejar situaciones críticas de una hexagonal.

En México, Costa Rica necesitó estar 2-0 abajo para ir en busca de algo más. Aquí salió con ganas de arrollar a El Salvador, pero con el paso de los minutos empezó a verse afectada por la ansiedad, el nerviosismo vivido en el estadio entero. Muchos jugadores viven su primera hexagonal como protagonistas. De la alineación ante El Salvador, solo Centeno fue estelar rumbo a Alemania 2006. Él suma 33 juegos eliminatorios; los demás llegaron con 5,6 juegos eliminatorios en promedio.

Si no está Centeno, se siente. Aunque en general Costa Rica apuesta al conjunto, los últimos dos juegos evidencian que el “Paté” hace falta en momentos determinantes. En México faltó, en Costa Rica definió.

Nadie dice que con Wálter Centeno en el Azteca, Costa Rica hubiese ganado. Ni siquiera empatado. A lo mejor se hubiese perdido igual, pero nadie puede negar la falta de un conductor en territorio azteca. “Faltó liderazgo”, apuntó el comentarista Hernán Morales. Bryan Ruiz lo intentó, pero no juega en el centro del campo, ni tiene las características de Centeno. Celso podría ser el llamado a disimular su ausencia, pero aún le falta jerarquía. Centeno, el centroamericano con más juegos de Selección en la historia (125), regresó contra El Salvador para aportar jerarquía, además del gol.

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