Hugo Solano
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San José - Una distrofia muscular que se había acentuado en los últimos años, motivó al educador Raúl Piedra a gestionar la pensión, que posiblemente obtendría este año, y que no disfrutó porque desconocidos cegaron su vida de 11 puñaladas en Cartago.

Según una prima que prefirió no identificarse, los homicidas tuvieron que haber conducido el Hyundai de Raúl hacia la solitaria calle donde apareció su cuerpo, ya que para él era sumamente difícil conducir trayectos largos.

“Cuando tomaba una curva parecía que estaba manejando un tráiler, dado el esfuerzo que tenía que hacer, porque sus brazos y manos estaban muy encorvados por la enfermedad”, comentó.

Ella concluyó que manejaba solo en trayectos cortos y no cree que hubiera llevado el carro hasta el sitio en que apareció a 48 kilómetros de su casa.

Recordó que años atrás, viajó por toda Centroamérica, México y EE. UU. y su afán al pensionarse era conocer más.

En medio de cánticos y flores, casi un centenar de personas lo despidió ayer a las 11:45 a.m.

Sus alumnos dijeron que era muy pacífico, que enseñaba muy bien y que lo extrañarán.

Justicia de Dios

Elías Piedra.

Elías Piedra Madriz, Padre.

Yo le dejo esto a Dios que es justo y sabe lo que tiene que hacer. No juzgo a nadie. Se fue un gran educador e hijo de educadores”.

Eva Chacón, Prima.

Él no merecía morir así. No tenía fuerzas para defenderse y se ensañaron con él. Conocía mucho de la ‘Biblia’ y el domingo le tocaba predicar”.