Washington/ EFE. - Richard Phillips, capitán de la marina mercante estadounidense secuestrado por piratas somalíes, se ha revelado como un hombre intenso y resoluto en alta mar.

Phillips está en el centro de un drama marítimo, tras el secuestro de un remolcador estadounidense con bandera italiana y 16 tripulantes a bordo, en Somalia.

Ajeno a ese protagonismo, el capitán de 53 años permanece atrapado en un bote salvavidas a unos 450 kilómetros de la costa de Somalia, vigilado por sus cuatro captores y varios buques de guerra estadounidenses que navegan en las inmediaciones.

Su rostro se hizo famoso el miércoles anterior, cuando pidió a los 20 miembros de la tripulación que se encerraran en un camarote y se ofreció para garantizar la seguridad de sus subordinados. Ese noble gesto no pasó inadvertido en Estados Unidos, un país siempre dispuesto a encumbrar al héroe de turno.

Phillips dio nuevas señales de coraje este viernes cuando protagonizó un infructuoso intento de fuga al lanzarse del bote en el que permanece arrestado.