Domingo 12 de abril de 2009, San José, Costa Rica
VIP | Televisión
Forenses apantallan
El protagonista científico domina las series de televisión con más audiencia en el mundo.
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    “Bones”. Los forenses “bailan con la más fea” con tal de atrapar al asesino.
  • AlDia.cr
    C.S.I.

Jose Mairena
redaccion@aldia.co.cr

Aunque los crímenes siempre han sido el motor de los relatos más poderosos de la televisión, lo novedoso de los últimos años es el auge del forense como el héroe de las series.

Antes, ese lugar lo ocupaba el policía de calle, presentado como un detective un tanto torpe y desaliñado que ensuciaba todo con donas y café.

Ahora, gracias a los forenses, el atractivo de los relatos sobre la policía científica es mostrar al público masivo lo que era exclusivo de los especialistas: heridas, cadáveres mutilados, estudios balísticos, precisos análisis de ADN y una intensa búsqueda de pruebas, con el fin de atrapar al asesino más cuidadoso en borrar su rastro.

“CSI” (Investigación en la Escena del Crimen) es el ejemplo por excelencia de esa tendencia mundial. La serie alcanza ya nueve temporadas y seduce a casi 84 millones de televidentes en 51 países cada semana, según los informes de la revista Eurodata (especialista en audiencias), publicados a finales del año pasado.

Tras el éxito de “CSI” en el 2000, surgió “CSI Miami” en el 2004 y “CSI New York” en el 2006. Ese triunfo de los forenses llevó su influencia a series como “Bones”, “Cold Case”, “Without a Trace”, sólo para mencionar algunas.

El estilo es un fenómeno surgido en la literatura, con personajes como Sherlock Holmes o Auguste Dupin; que luego pasó al cine, con el súper éxito de “El silencio de los inocentes”. Este terminó dominando la primera década de la televisión en el siglo XXI, tras el agotamiento de las series sobre médicos y abogados.

Efecto “CSI”

El libro “Realidad y Ficción de la Ciencia Forense”, de Max Houck, concluye que la vida de la policía del mundo es muy diferente a las condiciones de trabajo de los personajes de “tele”. La exactitud para determinar los orígenes de una pista no es tan precisa, tampoco hay alta tecnología, ni los policías verdaderos se dan el lujo de investigar un sólo caso a la vez.

Sin embargo, el llamado “efecto CSI” es tan fuerte que, aún con testigos oculares y confesiones firmadas, algunas personas demandan en los juicios pruebas innecesarias para llegar a una sentencia y eso crea en la policía un impulso para recopilar ahora más pruebas que antes. Los estudiantes también demandan más cursos forenses en las universidades del mundo.

De moda

La figura del criminal inteligente que está a la misma altura intelectual de los policías, ha tenido mucho éxito. El delincuente es inteligente y fuerte, pero sin escrúpulos. Aunque ese modelo fue criticado desde el comienzo por los especialistas, sigue siendo una propuesta interesante para la ficción.

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