MSc. Margarita Murillo Gamboa
mmurillo@emailcr.com

He escuchado esta queja por tanto tiempo. La pregunta es la misma ¿Por qué suceden estas cosas? Las respuestas son muchas y todas dirigidas a culpar a la chiquilla por ser tan sometida y débil. Muchos hasta se atreven a decir frases hirientes.

Antes quisiera compartir algunos datos interesantes. Del 100 por ciento de las niñas embarazadas entre los 12 y los 17 años, el 15 por ciento tiene una pareja de la misma edad o con uno o tres años de diferencia.

Mientras, el 85 por ciento restante es con un hombre mayor, entre seis o más. ¿Qué significa esto?

Las respuestas serán significativas y a la vez polémicas. De acuerdo con lo que hemos venido planteando, las niñas en esta edad estarán en un desarrollo sexual basado en la emocionalidad.

Por tanto, corresponde a nosotros, los padres y madres, relacionarnos profundamente con las jovencitas de nuestra casa.

¿Cómo? Mediante el diálogo, inculcando con claridad los valores que le permitan expresarse abiertamente y que no les llene de culpa por lo sucedido.

Hay que dialogar, conocer, construir decisiones, guardar en un cajón con llave la culpa, ofrecer un espacio de apoyo y sobre todo, estar ahí presente cuando más nos necesitan los adolescentes.

No les demos la espalda y construyamos sobre la experiencia. Si no nos ha sucedido comencemos a dialogar, a construir, a dejarlos hablar y a promover el autocontrol. Además, de prestar mucha atención a la construcción de la autoestima y a la realización.