Domingo 8 de febrero de 2009, San José, Costa Rica
Nacionales | Por esas calles / Felipe Angulo
La música en las venas y el ritmo en el corazón
Con manos, pies y boca, “Felipercusión” crea música para entretener a quienes pasan por la Plaza de la Cultura
  • AlDia.cr
    Felipe llama la atención con sus ensambles que van desde la música electrónica hasta la samba. En una ocasión, un borracho intentó robarle el “didjeredoo”. José Rivera.

Patricia Recio, colaboradora
arecio@aldia.co.cr

Basta que se acomode para armar sus extraños instrumentos, y los espectadores se aglomeran a su alrededor.

“Felipercusión”, nombre que usa Felipe Angulo para promocionarse, no empieza su función en la Plaza de la Cultura sin explicar la historia de cada instrumento que toca.

Cuando comienza el “show”, se convierte en un hombre orquesta: mientras con su boca sopla el “didjeredoo” (inspirado en la flauta), con una mano toca un cajón peruano y con la otra agita el “shaked”, y con un pie da vida a las pezuñas de llama.

¿Dónde aprendió a tocar estos instrumentos?

El “didjeredoo” es un instrumento australiano que me dediqué a estudiar desde los 14 años, hasta que un argentino que vino al país me vendió uno y me enseñó a dominarlo; el resto los he ido creando yo. Los otros los tocó porque siempre me ha gustado mucho la percusión latina.

¿Desde hace cuánto viene a tocar a la Plaza de la Cultura?

Desde hace como un año y medio vengo todos los fines de semana.

¿A qué otra cosa se dedica?

Trabajo en una empresa de seguros y estudio Informática.

¿Cómo combina la Informática con la música?

Estudio Informática porque quiero que esta (carrera) sea en el futuro la herramienta que me permita realizar mis sueños.

Y ¿cuáles son sus sueños?

Salir a tocar sin problemas económicos y tener las bases para hacer música. Tengo un proyecto de ensamble de “didjeredoo” y piano con Federico Céspedes (pianista). Nos presentamos con un amigo que también toca el “didjeredoo”.

¿Qué le dice su familia?

Al principio, que les daba vergüenza que saliera a tocar en la calle, o que estaba loco. Ahora me apoyan y siempre quieren que toque en las fiestas.

¿Y la gente del público?

Me felicitan, sobre todo, los turistas que son los que, curiosamente, conocen el instrumento y me preguntan si sé de dónde es.

¿Le deja algo de plata?

Claro, aquí, en cuatro horas, fácilmente me gano hasta ¢20 mil, y en diciembre a veces sacaba hasta ¢50 mil. Casi siempre dedico esa plata a comprar más instrumentos.

¿Qué otras culturas musicales le gustaría aprender?

Me gustaría conocer más la música africana, la afrocaribeña y los ritmos indígenas.

Además de la música, ¿qué más le gusta hacer?

Pintar cuadros al óleo y hacer esculturas en piedras, que después trato de vender en galerías.

Usted hace de todo, ¿cómo se organiza?

Digamos que soy un todólogo, pero trato de organizarme muy bien para que me quede tiempo para hacer todo: estudiar, trabajar, cumplir con un ministerio que tengo en la iglesia y pintar. Aunque lo que siempre pasó deseando es que llegue el fin de semana para estar aquí practicando mi gran pasión, que es la música.

"Felipercusión"

Felipe Angulo

Edad 22 años

Hermanos: Es el segundo de cinco.

Dato: Nació y creció en Vista de Mar de Goicoechea. Su interés por las culturas musicales lo ha desarrollado desde muy pequeño; a los 14 años empezó a practicar la percusión latina.

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