Franklin Arroyo González
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Marta Elena Pérez, ganadora del premio de Educación Nacional Mauro Fernández, confiesa que quitaría los 200 días lectivos, cuestiona la utilidad del bachillerato y pide a la iglesia más apertura para abordar la educación sexual en escuelas y colegios.

¿Qué criterio tiene de los 200 días lectivos?

Aunque se enoje don Leonardo Garnier... es un relleno. Era mejor el viejo sistema de 180 días lectivos, porque se abordaba todo el programa. No se perdía tiempo, se podía descansar, los alumnos se podían ir de “avenidazo”, ayudar con los tamales, ir de compras. Ahora no se disfruta, estamos en labores de cierre y ellos tienen que venir. Se ganaría montones si el Estado volviera al sistema antiguo porque no tendría que pagar por una ampliación de curso que en realidad no sirve de mucho.

¿Y usted que piensa del bachillerato?

Al igual que las pruebas para sexto grado, no tiene sentido... para mí se debe hacer diferente. Quizás categorizar a los estudiantes y que puedan ingresar a la universidad. Si no, entonces quitarlo, porque hay estudiantes que hacen un gran quinto año, pero llegaron nerviosos, perdieron una prueba y se frustran. Muchos optan por las universidades privadas y pienso que eso está generando profesionales de segunda.

¿El MEP debe apartarse de la Iglesia para abordar el tema de educación sexual?

No. Debe haber mayor diálogo entre ambas partes, pero con una mayor apertura de la Iglesia porque vivimos en una época donde hay muchos embarazos de niñas y si no se les da una verdadera educación esto será un desastre. No podemos vivir en un pasado donde no se puede hablar de prevención de la sexualidad porque la Iglesia se opone. Hay que abordar el tema sin tabúes.

Si fuera Ministra de Educación... ¿Cuál sería su primera directriz?

Cambiaría los programas de estudio de las materias básicas, no como hacen ahora, con rellenos que es llevando a los docentes a una capacitación de una semana. Los 200 días nos quitó el derecho a la capacitación permanente, en una semana no se aprende.

¿Quitaría los 200 días?

Sí.

¿Cuándo se dio cuenta que iba a dedicarse a la docencia?

Uno chiquillo piensa en muchas cosas y en la juventud uno no sabe a qué dedicarse, hasta que llegó el momento que me tocaba decidir y me incliné por esta carrera.

¿De qué forma la docencia trunca su otro sueño de estudiar filología?

No lo truncó, desde que estaba en el colegio me gustaba el Español, desde allí vienen las ganas mías de escribir. Participaba en concursos de cuento, de poesía y hasta fui escogida para escribir las primeras memorias del colegio Roberto Brenes Mesén. Lo que quería era profundizar mis estudios de Educación.

¿Qué tan sacrificada es la vida de un maestro?

Mucha gente cree que es “rico” porque hay quince días de vacaciones y luego las de final de año y que salen al mediodía, pero no es así. Se trabaja mañana, tarde y noche, más si existen estudiantes con problemas a los que se les debe realizar un trabajo especial. Se sacrifica mucho la familia. Los maestros somos los peores padres porque nos dedicamos a los hijos de los demás.

¿Cuál es el mejor consejo que le han dado?

De mi madre: nunca hay que darse por vencido.

¿Qué hace en sus ratos libres?

Cuando no soy maestra, soy hija, madre o trabajo en mis libros, no tengo vacaciones. Me quedan ratos en la noche cuando digo ya no más, que es como a las 7 p.m. Entonces voy al cuarto, me encierro, leo un libro o resuelvo un crucigrama. Me acuesto a las 9 a.m. y me levanto a las 4 a.m.

Al espejo

Marta Elena Pérez E.

Nació: 30 de mayo de 1959.

Origen: La Uruca.

Hijos: Ronald (31 años) y Juan Carlos (23).

Residencia: Vásquez de Coronado.

Años de servicio: 36.

Lugar de trabajo: Escuela República de Chile.

Trayectoria en República de Chile: 26 años.

Estudios primarios: Escuela Pacífica Fernández.

Secundaria: Colegio Roberto Brenes Mesén.