Carlos Freer, cineasta
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Casi no puedo creer que hayan transcurrido 30 años.
Recuerdo la voz dolida de William Solano cuando, me comunicaba que tenían una tragedia en un túnel de Arenal. Y que en ella estaban involucrados Miguel Dengo, jefe del proyecto, y nuestros compañeros cineastas Edgar Trigueros y Luis Ramírez.
Yo me imaginé de inmediato un derrumbe dentro del túnel. La cosa había sido peor. Los tres viajaban en una lancha, junto con nuestro compañero Carlos Sáenz, otros ingenieros del ICE y “Hooligan”, el conductor de la lancha.
Y por una malhadada jugada del destino, se acercaron a un vertedero del lago y cayeron por una de las bocas de desagüe.
Los tres primeros citados perecieron trágicamente, luego de una caída de 50 metros de altura y unos 300 metros de corrida horizontal por el conducto de salida de las aguas.
Sáenz y “Hooligan” se salvaron de milagro. Los otros pudieron saltar a tiempo, pero Miguel, Edgar y Luis se toparon con su trágico destino. Hoy nos queda un recuerdo imperecedero y un inmenso pesar. Empezaba apenas la crisis de los ochenta.
Y a nosotros, en el Centro de Cine y en el ICE, ya nos golpeaba de una manera directa, en la humanidad de compañeros queridos. Desde entonces, el Centro de Cine ya no volvió a ser lo mismo.
Quedó signado cuando apenas daba sus primeros pasos. Luchamos contra la adversidad, mas el recuerdo de estos tres jóvenes casi nos derrumba, tal cual fue su doloroso derrotero.
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