Esteban Rojas Sáurez
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La jornada empieza temprano. Es jueves 14 de enero. Son las 7 a.m. y la candidata presidencial del Partido Liberación Nacional (PLN), Laura Chinchilla, está lista para desayunar con su esposo José María Rico.
En su residencia, en Escazú, el desayuno transcurre entre conversaciones de política y la sección de entretenimiento de los diarios, que no pueden faltar en la mesa. Las páginas de los periódicos compiten con las tostadas con queso y el café.
“Al gordito (como le dice de cariño a su marido) le gusta hacer el acertijo que sale en La Nación”, comenta Chinchilla, mientras se sirve un vaso con jugo de mango. Le recomendaron no tomar cítricos por los problemas en la garganta.
Minutos después revisa su correo electrónico en la computadora portátil en la sala y atiende consultas de la prensa por medio del teléfono celular. Sube a su habitación a buscar el atuendo que lucirá en el tope de Palmares.
Son las 10 a.m. A la puerta de su casa, en el residencial Villa Real en Escazú, llega un vehículo doble tracción con un chofer y al menos tres colaboradores que la acompañarán a Palmares.
Laura lleva en su mano una blusa blanca y un sombrero para protegerse del fuerte sol. Cerca de ella va Irene Pacheco, asistente personal.
De camino saluda a sus seguidores y recibe una que otra crítica de los costarricenses que apoyan a sus rivales políticos.
El sol de mediodía es abrazador. Antes de montar a la yegua “Vencedora”, sus simpatizantes aprovechan para tomarse fotos con ella. Heriberto Chaves, de Puntarenas, hasta le regala unas flores.
En la casa de Álvaro Castillo, un militante liberacionista, se pone la blusa blanca y el sombrero con un pañuelo verdiblanco. “Vencedora” la espera a unos 75 metros de la vivienda de Castillo. Empieza el recorrido.
El alcalde de San José, Jhonny Araya, no se le despega ni un minuto.
Chinchilla, en el primer lugar de las encuestas, saluda a la gente, se toma fotografías, ignora los insultos y hasta bebe un par de sorbos de cerveza a “pico de botella”.
Luego de una peligrosa salida a pie, en medio de los caballos, se traslada a su residencia. Se cambia y viaja a Desamparados, al Festival Adelante.
Son las 7 p.m. de un largo día. Llega al Polideportivo. Con un pequeño discurso, motiva a sus seguidores.
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