Evelyn Fernández Mora y Karla Barquero, colaboradora
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Una fría brisa amenazaba con lluvia, pero eso no apagó las ganas de decenas de erizos de llegar ayer a las 2 p.m. al parque central de Alajuela a recibir la antorcha de la independencia.

En las manos de estudiantes, custodiada por dos ambulancias y dos vehículos de bomberos, prosiguió su recorrido hacia la “ciudad de las flores”.

Con campanadas, bombetas y un parque repleto de gente que aplaudía en medio de un aguacero fue recibido el símbolo en el centro de Heredia a las 4:15 p.m.

Carros, motos y hasta buses pararon 96 minutos después en el puente Juan Pablo II, para dar paso a la llama y ver a los florenses entregarla a los josefinos.

De camino a San José y dejando atrás la lluvia, la tea no llegaría al centro capitalino sin antes pasar por el Hospital Nacional de Niños, en donde menores y personal médico pudieron verla.

Un Parque Central hasta el tope de ciudadanos la esperaba en la capital, donde llegó a las 5:56 p.m., poco antes de que las campanas de la Catedral Metropolitana marcaran las 6 p.m y con energía se entonara el Himno Nacional.

La notas de la solemne canción se escucharon no solo allí a esa hora, sino en todos los rincones del país, en donde poco después arrancaron los diversos y tradicionales desfiles de faroles.

Frente a las ruinas del templo de Santiago Apóstol, en Cartago, el fervor patrio se vivía a las 8:16 p.m. cuando los brumosos recibieron la antorcha y celebraron que en a ciudad llegó el acta de independencia hace 189 años.

El atleta Nery Brenes y la presidenta de la República Laura Chinchilla se encargaron de que el fuego se dispersara por el tradicional pebetero al encenderlo a las 8:30 p.m. en medio de aplausos y gritos de libertad.

Colaboraron Francisco Barrantes, Róger Amoretty y Mario Cordero, corresponsales GN.