Fue de los últimos en integrarse a la historia navideña, Rudolph, quien iluminó el camino del trineo de Santa Claus con su nariz roja, existió.
La web suite101.net cuenta la historia de este adorado reno, la cual tiene que ver con un hombre, Robert L. May, quien de niño fue muy parecido.
“Corría el año de 1939, Montgomery Ward, dueño de una compañía en Chicago, cada año buscaba comprar libros de cuentos infantiles para regalarlos a sus clientes. Pero ese año con el fin de ahorrar dinero le pidió a May, de entonces 34 años, que escribiera una historia e hiciera un libro, sin darse cuenta de que estaba por nacer toda una leyenda”.
Su personaje principal fue siempre un reno, entre sus posibles nombres estuvieron Rollo y Reginaldo, de los que le leyó unos versos del cuento a su hija Bárbara y a esta le fascinó.
Robert L. May se inspiró en su propia vida. Recordó que cuando era pequeño los demás niños se burlaban de él por ser un niño frágil, dice el artículo.
Al querer plasmar sus vivencias en el cuento, decidió que Rudolph el reno tendría una gran nariz roja, siendo así diferente a otros: un defecto que sería una virtud.
Para 1946 ya se habían distribuido seis millones de copias del cuento, sin embargo su esposa falleció y debido a las deudas tuvo que convencer a la presidenta de la compañía para que le devolviera los derechos de autor y desde ese momento el cuento formó parte de las historias decembrinas.
También existe un villancico navideño muy popular de él.
