Deportes
Viernes 23 de diciembre de 2011, Costa Rica
Pasión por el deporte

Columna de opinión

Agua entre las manos

Roxana Zúñiga

Periodista

Horas antes de la final del campeonato, alguna gente escribió en las redes sociales que el Herediano era como una maestra en diciembre: siempre entregaba el título.

Buena broma que, como casi siempre con el cuadro florense, resultó verdadera. En la hora de la verdad, al elenco rojiamarillo le falla el temple, se le agotan las agallas y se le opaca el control de las emociones. En una columna anterior lo exponía: en una competencia tan pareja vencería el que logre dominar los nervios y pensar en frío, con el corazón hirviendo.

Jafet y sus muchachos se ahogaron en la salsa de su ansiedad, adobada por una sufrida afición que creyó, una vez más, en Peter Pan, Blancanieves y Cenicienta.

Herediano actuó mal; fue pelotazo tras pelotazo todos los 120 minutos y hubo nula creación de juego en el centro del campo. La desesperación juega mal al fútbol, definitivamente.

No se valen las excusas. Alajuelense se plantó mejor , utilizó los 18 años de sequía florense en su favor y desarrolló la estrategia. Heredia no tuvo el dominio de los nervios y le faltó el oxígeno de la reflexión. El conjunto parecía un toro empecinado en golpear el capote.

Una semana antes, el Barcelona había regalado cátedra de cómo se enloquece al rival a base de pase pie a pie. Parece que no vieron el encuentro ni aprendieron nada.

El arbitraje fue un desastre. ¡Qué trío más deficiente e inepto! Permitió una sinfonía de patadas y faltas de mala intención, apenas para exponerlas en el Museo Mundial de la Infamia.

Un montón de tarjetas amarillas que nunca acabarían en roja porque Jeffrey Solís le tiene pánico a ese color y a perder su record de no botar a nadie de la cancha. Pero Herediano no perdió por ellos sino por sí mismo.

Otra final que se escurre como el agua entre las manos ¿Qué ganas tendrán los aficionados de seguir un torneo del que se sabe el final?

Nosotros los heredianos ya hemos sufrido suficiente, vale que aún está el Barcelona.