Caso de universitario asesinado por pitar a taxista informal

Nicolás Aguilar R.

naguilar@nacion.com

Para el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el caso del estudiante universitario asesinado a balazos por pitarle a otro conductor está cerrado.

Las pruebas son ahora abundantes y contundentes.

Así lo afirmó el subdirector de ese cuerpo policial, Francisco Segura, al revelar que el estudio de balística practicado a una pistola que decomisaron al sospechoso del crimen resultó positivo.

“La comparación de la evidencia balística extraída al cuerpo del fallecido con el arma que portaba el sospechoso no deja ninguna duda. El caso está cerrado”, exclamó el funcionario judicial.

De esta manera, la Policía Judicial dio ayer por “plenamente esclarecido” el caso de Alejandro Chacón Marchena, de 23 años, asesinado la madrugada del 24 de junio anterior en San Pedro de Montes de Oca, San José.

Ese día, un taxista informal de apellido Solís, con antecedentes por agresión y robos, se disgustó porque el muchacho le pitó a la salida de un local de comida rápida. Tras insultarlo, disparó en varias ocasiones contra el auto del joven, impactándolo en la nuca.

Chacón, quien cursaba el último año de licenciatura en Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional de Heredia (UNA), murió horas después.

Solís huyó a toda velocidad, pero varios testigos observaron el auto que conducía. Además, fue filmado por cámaras de seguridad de algunos restaurantes.

Agentes judiciales lo detuvieron la tarde del 29 de junio en Patio de Agua de San Rafael, del cantón Vázquez Coronado.

Por tratarse de una persona “muy violenta y peligrosa”, contaron con el apoyo de oficiales del Servicio Especial de Respuesta Táctica (SERT).

Según el subdirector del OIJ, tenía en su poder una pistola nueve milímetros y un cargador con 12 proyectiles. “Es el arma usada para disparar al muchacho; no hay duda alguna”, exclamó.