El 1.° de setiembre del año pasado, un juez dejó en libertad a un empresario belga tras alegar que las drogas que le incautaron eran para consumo personal.
Él tenía en sus manos 71 pastillas de éxtasis, un kilo de marihuana hidropónica, medio kilo de hongos alucinógenos y cinco gramos de cocaína. El OIJ tenía informes de venta de droga.
Al juez se le abrió una investigación, pero se archivó este 21 de setiembre, pues “no se observó la presencia de una falta laboral que amerite la aplicación del régimen disciplinario”.
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