Aunque hay muchos que prefieren ver para creer, a otros tantos les ha tocado ver sin haberlo pedido.
Las leyendas sobre lugares con presencias paranormales, almas en pena y como dicen popularmente “embrujados” son muchas.
Cientos de almas pasaron por el antiguo penal que se ubicó entre 1874 y 1991 en la Isla San Lucas, donde también se cometieron crímenes atroces y el sufrimiento acompañó a quienes ahí estaban.
Durante siete años, Julio Alvarado vivió internado en San Lucas como parte de su trabajo como administrador del Refugio de Vida Silvestre, que se creó tras el cierre del penal.
Según contó durante el tiempo que pasó ahí, las experiencias paranormales lo acompañaban a diario.
“Puedo dar fe de que hay tres lugares misteriosos, uno de ellos es el antiguo dispensario de salud, por la noche escuchaba movimiento de ollas, vasos y cucharas, en la mañana cuando me levantaba, no había nada de regueros”, contó.
Una de las experiencias más asombrosas que recuerda es el haber visto una niña vestida de blanco deambulando.
Otro de los lugares donde dijo haber sentido presencias extrañas fue en la capilla, aseguró que ahí era común escuchar murmullos de gente rezando y se corrían las sillas.
El guardaparques aseguró que el lugar más tenebroso era la celda de Beltrán Cortes. “Ahí uno sentía que tenía alguién encima que lo oprimía”.
Casa de los sustos
Quienes deben pasar de noche por la ahora llamada Casa de la Ciudad en Cartago aligeran el paso para no dar espacio a que uno de los habitantes de la edificación los sorprenda.
Sobre esta casa antiguamente conocida como Casa Pirie, abundan las historias.
Según contó Jorge Valverde uno de los fundadores, en la elegante edificación que data de 1882, vivió una de las familias más poderosas de la Vieja Metrópoli, la familia Pirie.
Se dice que uno de los miembros de la familia fue asesinado y que además ahí se vivieron toda clase de orgías y fiestas sin control, por esto no es extraño que en esta casa “asusten”.
Según Valverde, era común escuchar historias de guardas que veían a una mujer traspasar las paredes en la noche.
Él mismo en una ocasión mientras montaba una exposición de arte escuchó pasos que bajaban las escaleras, “ revisé y no había nadie” recordó.
Joyce Pérez quien tiene más de siete años de trabajar ahí como secretaria recordó que a ella una vez en una de las aulas conocidas como “la chimenea”, empezaron a golpearle la puerta de uno de los cuartos de atrás. “Era como si alguien estuviera encerrado y en ese cuarto no había nadie porque estaba con candado hace tiempo”.
Otro de los sitios en Cartago que ya es conocido por muchos y que además es catalogado como uno de los que mayores presencias paranormales registra, es el Sanatorio Durán.
Miguel Gómez, director de la película “El Sanatorio”, contó que durante la filmación tuvieron varios “encuentros”.
“Estábamos filmando en uno de los cuartos y se metía una frecuencia en las voces, el sonidista nos decía que nos calláramos pero nadie estaba hablando” relató.
Además, recordó que en otra ocasión escuchó pasos que subían las gradas y uno de los miembros del equipo vio una silueta en una ventana.
Para el experto en fenómenos paranormales Alexis Astúa, hay varias teorías para explicar las apariciones, “la que más se acepta no es que sean personas fallecidas atrapadas, si no energías de seres que quisieron mucho algo en vida y dejaron su energía impregnada”.
Según explicó también depende de otros factores y experiencias como si fue alguien que asesinaron.
Astúa comentó que en el país existen los llamados “puntos de poder” donde se ha comprobado la existencia de hechos paranormales, como el Volcán Irazú.
“Nos han llegado reportes de apariciones en Heredia en la zona de Las tres Marías y de una casa en Escazú”, reveló.
Gilda Aburtó, experta en el tema, comentó que “hay gente que tiene la capacidad de ver a los espíritus y hablar con ellos. Los espíritus los siguen y los molestan mucho para que los ayuden con alguna cosa que tienen pendiente. Esa capacidad se puede heredar a los hijos y los nietos.
Encuentros
Se dividen en tres etapas:
La primera es solo la presencia, cuando se tiene la sensación o se capta algo extraño.
La segunda es la interacción, la persona siente físicamente algo que lo toca o le habla.
En la tercera se logra una respuesta del fenómeno.