Domingo 30 de octubre de 2011, Costa Rica

Superstición

Ticos agüizoteros

Neyssa Calvo

ncalvo @aldia.co.cr

Si algo tienen los ticos, además de fiebres para el fútbol, es ser agüizoteros. Sólo es cuestión de hacer un recorrido por el Mercado Central de San José para comprobarlo. Ahí, entre sus pasillos está la clave para el amor, el mal de ojo, el dinero y hasta para devolverle el marido, según sus vendedores.

Eso sí, los entendidos en la materia dicen que el resultado depende de los clientes, quienes deben adicionar grandes cantidades de fe y constancia.

¿Quiénes lo compran? Todos y a lo largo del año no solo durante el mes de Halloween, coinciden Luis Acuña Araya de la Macrobiótica Jireh y Rolando Mora del tramo San Marcos, ambos locales.

Los rótulos a su alrededor hablan por sí solos: “Siete baños sagrados espirituales” en ¢2 mil que ofrecen darle luz, bondad, dicha, riqueza, tranquilidad y amor. “Llama clientes”, “Don Juan del dinero”, “Sal negra” para retirar vecinos”, la “Herradura de la suerte” que atrae como la abeja a la miel a los visitantes.

Sin olvidar los polvos, jabones y perfumes “mágicos” para alejar la envidia, la codicia, a los malos vecinos, tener dinero y alcanzar el éxito. Y ni qué decir de los amuletos como el “exterminador”, que como su nombre lo dice elimina lo que intente hacerle daño.

El mal de amores es lo que impulsa a muchos a buscar este tipo de ayuda, comentó Acuña. “Hay mujeres que llegan desesperadas y hacen cualquier cosa con tal de que el marido vuelva o no se vaya”.

Las imágenes de los santos también atrapan a los creyenceros, pues recurren a su oración para buscar novio y protección, comentó Aida Picado de Souvenirs El Viajero.

Cierto o no, lo claro es que los ticos somos muy creyentes.

El Feng Shui influye mucho a los ticos que también buscan fortuna, protección y éxito en el amor, dijo Silvia Romero del supermercado Daxing, en San José.

¿Quiénes creen? El psicólogo Erick Quesada considera que los creyenceros son inseguros y con poco autoestima que buscan a su manera la felicidad.