Películas de culto hay muchas, pero que sobrevivan con el tiempo y el adjetivo de “malditas”, son pocas.
Las mismas muertes, accidentes o posesiones que se escenifican en pantalla, suceden luego en la vida real.
Según www.tejiendoelmundo.com, “Poltergeist” es la más conocida por todos dentro de esta categoría, con la pequeña y adorable Carol Anne, interpretada por Heather Michele O’Rourk, que falleció a los 12 años durante el rodaje de la tercera entrega por padecimientos de la extraña enfermedad de Crohn.
En esa misma película, el actor Will Sampson, que interpretó al chamán de la segunda entrega, falleció durante un trasplante de corazón y riñón, a causa de un agresivo y rápido cáncer que desarrolló durante el rodaje.
Muchos aducen que estas muertes se deben a que se utilizaron esqueletos reales en algunas escenas, en total, murieron cuatro protagonistas en las tres partes.
Con “El Exorcista”, elimparcial.es dice que el clima de pánico y psicosis era total entre el equipo, voces, se movían objetos, al menos un ser querido perdieron todos los actores y uno de los sets de filmación se quemó. Mary Ure, actriz principal fue encontrada muerta en un charco de su propio vómito.
Parece que “algo” no quería que “La Profecía” se rodara, el padre del supuesto hijo del díablo y un guionista en días diferentes recibieron un rayo mientras iban en avión.
Además, otra aeronave que se utilizaría para una escena se estrelló el día antes contra un carro en el que, casualmente, viajaban la mujer e hijos del piloto.
Pero el más espeluznante de los accidentes se llevó a cabo en el km 66,6 de una carretera estadounidense un viernes 13, cuando el director de efectos especiales chocó y vio morir a su acompañante.
Otros casos
Dejando de lado el género de terror, hay otros filmes que han sido catalogados como condenados, www.asce.com suma a la lista a “The Twilight Zone”, “El Mago de Oz” y “Superman”, luego del suicidio de George Reeves y el accidente ecuestre que dejó tetrapléjico y dio muerte a Chistopher Reeve.
“El Conquistador” es la película más macabra de la historia, no por contenido, sino por las muertes (46), a causa de cáncer por radioactividad, esto porque el rodaje tuvo lugar en el desierto de Utah, donde el ejército llevó a cabo pruebas nucleares.