Vivir Hoy
Miércoles 1 de agosto de 2012, Costa Rica

Videojuegos

¿Quién pone las reglas?

Neyssa Calvo Achoy

ncalvo@aldia.co.cr

No se trata de prohibir que sus hijos tengan acceso a los videojuegos, pero si de analizar el impacto que pueden tener en ellos.

¿Cómo manejar el tema en el hogar? Según Rocío Solís, del área de los derechos de la niñez y adolescencia del Ministerio de Educación Pública, los padres tienen el poder y el deber de controlar el material que llega a las manos de sus niños y analizar si va de acuerdo con su edad.

Añadió que es necesario que lean la etiqueta que traen e indagar sobre su origen en Internet de ser necesario.

El psicólogo Erick Quesada recomienda a los padres analizar si el videojuego que tiene o desea el menor frente a la pantalla aporta a su aprendizaje, desarrollo intelectual y motor.

Sin olvidar que el impacto es mucho más intenso, pues el jugador no se encuentra pasivo, sino que se ve estimulado a responder generalmente en forma agresiva para defenderse y buscar el objetivo final: ganar, dijo Quesada.

Eso sí, también hay que tomar en cuenta que si están bien orientados aportan elementos positivos como el incentivar la toma decisiones y que el menor percibe que su esfuerzo se ve recompensado. Además, ejercitan la imaginación sin limitaciones, destaca el sitio laeducaciondehoy-caro.blogspot.com.

Contra el reloj

Entre las preocupaciones de los padres de familia y educadores se destaca el temor a la adicción que este tipo de entretenimiento genera en los menores.

Y es que no es un miedo no infundado, pues en Europa ya existe una clínica desde el 2006 para los adictos a los videojuegos.

Para evitarlo hay que marcar límites en el sentido de poner horarios para que no pasen horas jugando, recalcó Solís que sugiere una hora al día.

Agregó que los padres no deben dejarlos solos a sus hijos y por el contrario sentarse a jugar.

Tome nota

Analice con su hijo las horas que dedica a juego y a otras actividades. Negocie.

Se recomienda hacer uso del videojuego en un espacio común de la casa para observar la actividad y la conducta del jugador.

Los niños actuales son tecnológicos y el gusto por los juegos puede iniciar antes de los seis años.

Haga un alto cuando el menor sustituya amigos, familia y comida por jugar.