Unas quince personas continúan en el salón comunal de Coliblanco en Capellades, Pacayas, debido a la emergencia que provocó el rompimiento de una cascada que corrió propiedades abajo arrasando con todo cuanto podía, la noche del miércoles.
El torrente de barro y piedras anegó varias viviendas cuyos moradores reciben atención del comité local de emergencias en el salón de esa comunidad cartaginesa.
“Aquí les preparamos la comida, café y cena a la espera de la solución por parte de la Comisión”, indicó Betty Rodríguez, quien colabora en la alimentación.
En ese mismo salón permanecen algunos enseres que pudieron salvar.
La casa de la familia Zúñiga Torres resultó muy anegada y una retroexcavadora sacaba ayer piedras y lodo que la tenían casi aterrada.
De Turrialba llegaron unos jóvenes de una asociación sin fines de lucro quienes han estado al lado de los afectados, brindándoles algunos víveres. Alberto Agüero indicó que dicha asociación brinda comestibles, ayuda psicológica y ayuda a largo plazo.
Marvin Méndez, damnificado, relató que fue una noche dantesca en donde tuvieron que poner a salvo a una familia y a dos adultos mayores.
“Ya nos habíamos acostado cuando empezó a llover y luego fue cuando escuchamos un ruido extraño. Salimos y vimos el mar de materiales que envolvían la casa en donde vivo con mi esposa, hijos y otros familiares, dijo.
“Ahora solo queda que la municipalidad y la Comisión de Emergencias vengan y nos brinden la ayuda que requerimos, porque no sabemos que puede suceder con lo que pasó y si se puede repetir”, agregó.
Los tanques de truchas de un vecino se vieron muy afectados.
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