Ashland Kansas/AP.- El ciclo se repetía: los médicos no duraban nada y el pequeño hospital de pueblo se quedaba con un solo doctor asistente para supervisar una instalación de 24 camas y el asilo de ancianos adyacente. Estaba a punto de cerrar.
Los administradores del Ashland Health Center tuvieron entonces una idea para revertir la partida de médicos tan común en los centros de salud rurales: todos los empleados, desde el personal de limpieza hasta los médicos, recibirían ocho semanas pagas de vacaciones y se los alentaría a que las usen para hacer de misioneros en otras naciones.
Pensaron que las personas que están dispuestas a atender a los enfermos de países en desarrollo también se mostrarían dispuestas a hacer lo mismo en un pueblo de 855 habitantes, que queda a dos horas del Starbuck más próximo.
El hacer de misioneros, no obstante, no era un requisito y la gente podía usar para lo que quisiese sus ocho semanas de vacaciones.
El hospital público comenzó a colocar avisos en publicaciones cristianas y escuelas médicas administradas por los católicos. Hoy, cuenta con un director médico, un técnico en medicina, un director de enfermeros, un enfermero y otros empleados reclutados mediante ese programa con un toque caritativo. Busca dentista, fisioterapeuta y enfermeros.
No me sorprendieron las diferencias entre las zonas rurales de Kansas y las zonas rurales de Zimbabue. Lo que me sorprendieron fueron las similitudes, declaró el administrador del hospital, Benjamin Anderson, de 32 años y artífice del programa. En Kansas y otros países se enfrentan muchos de los mismos retos.