San Carlos.- Al creer que los golpes que le propinó en la cabeza a su esposa con un martillo la habían dejado sin vida, un masajista de 47 años decidió consumir varias onzas de un herbicida para suicidarse.
El incidente de violencia doméstica inició a las 7 a.m. de ayer, en la casa que la pareja alquilaba en barrio San Rafael de Monterrey, San Carlos.
Según la versión de vecinos, quienes pidieron resguardar su identidad, a esa hora oyeron al masajista, de apellido Brenes, discutir acaloradamente con su esposa, de apellido Villalobos.
Pocos minutos después, escucharon los gritos de la mujer, de 49 años.
Los vecinos que llegaron a socorrerla la hallaron acostada en la cama, con heridas en la cabeza y golpes en el rostro.
Brenes había abandonado el sitio, con rumbo –hasta ese momento – desconocido.
La agredida fue trasladada a la Clínica de La Fortuna y luego al Hospital de Ciudad Quesada, donde los médicos optaron por trasladarla al Hospital México, en La Uruca, San José.
Dio aviso a un amigo
Alrededor de las 8:30 a.m., el autor del ataque llamó desde su celular a un amigo para comunicarle su decisión de suicidarse, así como el sitio donde se encontraba.
Media hora después, otro amigo halló a Brenes sin vida, acostado en un bosque en la comunidad de San Antonio, un kilómetro al noroeste de San Rafael.
El policía Jeison Oporta informó que Brenes no dejó nota alguna sobre la decisión adoptada.
Franklin Rodríguez, amigo cercano a Brenes, reveló que la relación de la pareja era muy conflictiva.
“Hace 22 días me confió que tenía ganas de matarla. Yo le hice saber que era lo peor que podía hacer. Le recomendé la separación, pero le insistí en que no cometiera una tontera”, indicó Rodríguez.
Colaboró Gloriana Corrales.
Día trágico
Planeó su muerte
Los oficiales de la Fuerza Pública encontraron, al lado del cuerpo, el frasco de herbicida, un envase de un hidratante que usó para mezclar el veneno, un celular y un salveque.
Letal
Utilizó un producto de uso agrícola.
Se encontraban solos
La pareja tenía 28 años de convivencia. Procrearon tres hijos, hoy adultos. Ninguno de ellos estaba en la vivienda cuando se produjo el problema, informó Fuerza Pública.