Aida Luz Chavarría Pérez, propietaria de la única pulpería en Colonia Libertad, recordó que en dos ocasiones fue visitada por Alexandra. También fue testigo del día que llegó el sospechoso.
“La primera vez, ella vino acompañada de una morena y una china. Eran las típicas gringas... La segunda vez llegó diciendo: Hola, hola; ¿cómo está? Se veía que era muy educada.
“Llamaba la atención por su estatura y sus ojos. Ese día me pagó en colones por unos bananos y regresó caminando. Las veces que la vi, lucía contenta”, recordó.
Del sospechoso dijo que llegó al pueblo 27 de diciembre. No parecía un mochilero, pues estaba bien presentado.
La comerciante catalogó el crimen como “una tragedia”. En este pueblo, la gente duerme con las puertas abiertas. Le dolió que los Donati se marcharan tras el crimen.
Los borucas no paran de hacer sus “diabluras”