Londres (Reino Unido).- Se adelantó la Romería, pues hoy en Londres, parecía 1 de agosto en Ochomogo por la cantidad de gente que iba y venía por el Parque Olímpico donde solo cabezas y banderas se podían divisar a lo lejos, y cerca.
Parecía que todos los ingleses se pusieron de acuerdo para disfrutar del primer día de estos Juegos Olímpicos, miles de miles de miles de gentes, de muchas culturas, de muchos colores de piel, de idiomas que al oído sonaban extraños, de cultos donde algunos se saludaban dándose tres besos en las mejillas, y otros hasta 10 según sea su nacionalidad
Muchas banderas del mundo sobre las espaldas de los jóvenes, raros sombreros que ponían a los fotógrafos a buscar la imagen del día, curiosas sombrillas, camisetas con logos de los Juegos y cientos de familias cómodamente sentados en sillas plegables donde toman el sol, comen pan y salchicha, una cerveza para ellos, una agua para ellas y en manos de los pequeños un gigante cono azucarado con barquillos de chocolate.
Los estadios lucen llenos y para los que no obtuvieron espacio, muy sencillo, una sillita, bloqueador solar y buscar el mejor espacio para ver en grandes pantallas distribuidas por la ciudad, lo que pasa en vivo donde sin importar que juegue o no Reino Unido, apoyan de igual forma porque lo que disfrutan es el momento de sus Juegos Olímpicos.
Las estaciones de tres subterráneos van y vienen, salen llenos y llegan con más personas (imaginen que cada tren trae consigo 22 coches) y llegan y salen cada tres minutos de alla para acá y viceversa.
Todo, todo esta lleno de gente. Gente compra, gente vendiendo, gente riendo, gente corriendo, la gente bailando gentes de gentes unidos por el deporte, unidos sin más armas que las gargantas de quien más apoye a su nación.