El exdirector del OIJ, Jorge Rojas, finalizó ayer su último día de trabajo, luego de 37 años de laborar para el Poder Judicial.
En medio de cajas de cartón, bolsas y nostalgia, Rojas abandonó la oficina que ocupó durante los últimos 10 años, tiempo que se mantuvo a la cabeza del OIJ.
Dentro de las cajas depositó libros, recuerdos de otras policías, certificados y pines, mientras aguardaba que fueran las 5 p.m.
Ante la consulta de qué será lo que más extrañará, comentó que serán sus funciones y la esquina donde usaba su computadora.
Su despedida al personal, dijo Rojas, será por medio de una nota, ya que aseguró que por radio difícilmente la podría terminar.
“La placa 01 ya la entregué. Se la asignarán al nuevo director que venga. Me llegó el momento y siento mucha nostalgia. Los hombres pasamos, las instituciones quedan”, aseguró Rojas.
Agregó que ayer fue uno de los días más difíciles y que la institución lo formó, al punto de darle lo que es hoy en día.
Rojas es consciente de que el OIJ queda con mejor gente, formada y valiosa para enfrentar la situación que afronta el país.
Entre lo que considera que deja pendiente en su gestión, señaló que le hubiera gustado que los delitos se terminaran en Costa Rica, pero tiene claro que esa labor no le corresponde solo al OIJ.
“Sé que los agentes van a continuar con mejores resultados. Me parece que el tema de juicios tan largos; de hasta tres años plazo, genera impunidad y no pareciera lo lógico”, sostuvo Rojas.
Sobre el caso más difícil que enfrentó en los últimos 10 años, afirmó que fueron todos, debido a que detrás de cada expediente hay una víctima por la que hay que responder, aunque no en todos los casos se pueden resolver.
Una vez instalado en su casa, tiene planeado salir de vacaciones el próximo lunes fuera del país y luego regresar, aunque de momento no tiene un plan.
Aseguró que quizá se vea a futuro efectuando querellas, pero nunca defendiendo delincuentes.
Fue enfático en que quien ocupe su cargo debería seguir con sus mismos ideales y que el último mes se le fue “muy rápido”.