Considerado uno de los animadores y directores más grandes de la historia japonesa, Hayao Miyasaki, se ha ganado el respeto de la crítica internacional, gracias a sus producciones.
Miyasaki nació en Tokio el 5 de enero de 1941 e ingresó en 1963 en el mundo de la animación con los estudios, Toei douga, involucrándose en muchos de los primeros clásicos de la animación japonesa.
Miyasaki estudió Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Gakushuin, de las más importantes de Japón.
El “Disney japonés”, como se le conoce en la “Tierra del sol naciente”, ha basado sus creaciones en temas de contenido, con mensajes antibélicos, o abordando otros más complejos como el hombre y la naturaleza, el individualismo o la responsabilidad.
Su primer gran éxito en Japón y que le valió una gran cantidad de criticas favorables, fue la película “Nausicaä del valle del viento”, creado por Studio Ghibli.
Sin embargo, fue con la cinta “La princesa Mononoke”, como se ganó el reconocimiento internacional.
No tuvo que esperar mucho para que el prestigio y las premiaciones le llegaran con la película que le valió el Óscar como mejor cinta animada, “El viaje de Chihiro” en el 2002.
Con ella además ganó el Oso de oro de la Berlinale, en el mismo año y el reconocimiento a su trayectoria en el Festival Internacional de Cine de Venecia.
Vuelve con fuerza en el 2005 con “El castillo ambulante” al obtener la nominación al Óscar como mejor película animada. Lo mismo sucedería con “Ponyo en el acantilado”, en el 2009.
Durante su juventud, Hayao Miyazaki fue marxista. Algunas de sus películas como “Porco Rosso” o “El castillo en el cielo”, donde Miyazaki muestra una imagen idealizada de la clase obrera, reflejan estas ideas políticas.
Sin embargo, en la actualidad, él ya no se considera marxista y ha adoptado otras posiciones ideológicas tales como el ecologismo y el pacifismo.