San Carlos. - Luz Marina Moreno Marín, de 54 años, dejó hace dos días la comunidad de El Jícaro de Nueva Segovia en la frontera con Honduras con una sola intención: tratar de ubicar a su hija Dilcia Gutiérrez Moreno, de 27 años, quien está desaparecida desde el pasado 24 de setiembre.
Para tal fin recorrió 604 kilómetros en bus hasta Boca Arenal de San Carlos y empeñó la única vaca que posee en tres mil córdobas (unos ¢120 mil), misma con la que alimenta a sus hijos.
Ayer recordó que la última vez que conversó vía telefónica con su hija fue el 18 de setiembre.
Ese día la notó preocupada y triste, por lo que le preguntó si estaba enferma. La respuesta de su hija fue: “Mamá tengo que cortar, me urge salir, la llamo más tarde.
Su madre aún aguarda por esa llamada que siente no llegará.
Una semana después de colgarle se enteró por su hija Yahaira que Dilcia no aparecía y que su excompañero sentimental había aparecido ahorcado de un árbol.
A partir de ese momento tuvo el presentimiento de que algo le había pasado a la tercera de sus siete hijos y quien le solía enviar dinero cada mes para comprar comida y la manutención del resto de sus pequeños hermanos.
“Vine a Costa Rica pues mi esperanza es que aparezca, preferiblemente con vida o muerta, pero que aparezca pronto. Han sido días difíciles y llenos de incertidumbre”, relató su madre.
Confirmó que en una ocasión aquel hombre había amenazado a su hija con matarla y que otra oportunidad la había golpeado, por lo que Dilcia lo denunció en mayo ante el Juzgado de Guatuso. Colaboró Carlos Láscarez.
