Domingo 11 de septiembre de 2011, San José, Costa Rica

Vida de payaso

Paraguas Rojo

Rodolfo Rodríguez

rodolfo.rodriguez@aldia.co.cr

Los vemos en los parques, en actividades de las empresas o en los diferentes festivales o fiestas, así es, payasos hay muchos: buenos y malos, pero ¿qué hay detrás de su nariz?.

Muchos de ellos son señalados, incluso hasta marginados, pero todos aciertan que el precio moral, más allá de que ganan muy bien, es lo que les llena.

“Es un estilo de vida, a nosotros la primera etiqueta que nos pone la sociedad es que escogemos ser payasos porque no tenemos más, pero están completamente equivocados, es algo que lleva uno innato, ya llevo 10 años en esto y hasta es difícil sobreactuar como persona normal”, dijo Jonathan Araya, conocido como “Toby”, de la academia costarricense de payasos y “clowns”, Paraguas Rojo.

Si bien es cierto, existen muchos que se disfrazan de payaso, pero sólo eso, el de verdad comparte y vive intensamente los sentimientos con los demás, por eso tienen a su haber más de una anécdota inolvidable.

Gerson Delgado, conocido como “Aceituno”, es profesor de malabares y presentación ante el público de la academia, en él la experiencia de llevarle humor a la gente de Cinchona luego del terremoto, es de esos lindos recuerdos que sólo con la payasería podrían tener esa grata experiencia.

“Ir al Hospital de Niños al área de Cuidados Paliativos, uno sabe que el niño está delicado y poder sacarle una risa, esas cosas tras de impactantes, espiritualmente llenan demasiado”, agregó.

Su motor son los niños, la confianza es esencial en su profesión, y hacer reir es todo un arte, que varios podrán abusar de su figura, pero muchos otros disfrutan de sus ocurrencias, chistes y divertidas presentaciones.