Con el tradicional sombrero y una camisa de cuadros, Rafael Castillo desfiló ayer con sus bueyes en la Feria de la Cebolla, en Santa Ana.
Para el boyero, la actividad tiene un gran significado y permite mantener viva esta tradición.
“Si no se hace el desfile para homenajear a estos animales, la gente empieza a olvidar que el país creció con bueyes. Esto sirve para recordar la importancia que tuvieron, tienen y tendrán en nuestra historia”, dijo Castillo.
Al igual que él, una veintena de boyeros desfiló por la calles del cantón para divertir y exhibir sus preciados animales.
Manuel Fernández aseguró que además de ser una tradición muy arraigada, el evento constituye un pasatiempo.
“Ya los bueyes no se necesitan como antes, para trabajar, pero eso no quiere decir que los dejemos de querer. Para nosotros son mascotas y nos divertimos muchísimo cuando los traemos a pasear por acá”, señaló.
Público colmó las calles
Decenas de personas asistieron al evento, ya que el desfile de bueyes forma parte de las tradiciones familiares de la localidad.
Daniel Guadamuz, vecino de Santa Ana, comentó que acude con su familia cada vez que se realizan este tipo de actividades.
“Es una bonita manera de rescatar la Costa Rica de antes. Por eso, me gusta bastante asistir y pasarla bien”, mencionó.
