Alajuela. - Alajuelense tuvo que esperar hasta la sexta serie de muerte súbita para cobrarse una factura pendiente con Jeaustin Campos, hoy técnico de Pérez.
Vestido de morado, el entrenador salió victorioso cinco veces en semifinales y finales ante los manudos, celebrando títulos en el propio Morera Soto.
El generaleño confiaba en volver a dar la trastada, así lo dijo claramente antes del inicio de la serie. Claro está, esta vez en otras circunstancias, con otro equipo y con la obligación de vencer al campeón nacional después de haber empatado en casa en la ida.
Los manudos quizá tenían sangre en el ojo, una espinita clavada recordando lo que sufrieron años atrás con el Saprissa de Campos. Ayer se tomaron revancha, pudieron, al fin, dejar tendido al entrenador, gracias al gol tempranero de Allen Guevara, suficiente para avanzar a las semifinales y seguir en ruta hacia el bicampeonato, objetivo máximo de los erizos.
Pérez llegó tarde al estadio rojinegro y también al partido. Cuando despertó ya estaba abajo en el marcador con una cuesta empinadísima de dos goles.
Y un equipo que no hace un remate directo al arco en todo el juego, no puede aspirar a lograr algo más en el torneo.
Nueva historia
Alajuelense se conformó con el gol, ya tenía el boleto en la bolsa y no quiso arriesgar de más. El partido se volvió aburrido.
Impotencia en Pérez y tranquilidad en una Liga que empezó a pensar en la semifnal que enfrentará ante Herediano. Un nuevo duelo entre manudos y rojiamarillos, que hará recordar la final del Torneo de Invierno 2010, esa que ganó el equipo de Oscar Ramírez, que ayer arriesgó más en su esquema, pero ya con el 1-0 y el tiempo avanzado cerró líneas, mandó a Juan Gabriel Guzmán y Cristian Oviedo para no verse sorprendido por el rival y también para comenzar a definir el planteo que presentará en el Rosabal Cordero en el juego de ida.
“También quieren ser campeones”
“Fue una serie bastante brava”
“La culpa es nuestra, no del árbitro”