Marcaron huella, ganaron campeonatos, vistieron la camiseta de la selección, les dieron alegrías a la afición, pero nunca tuvieron un partido de despedida.
En los últimos 20 años, decenas de futbolistas colgaron los botines, mas nunca les rindieron un homenaje en cancha.
Privilegio de pocos
El próximo sábado en Tibás, Víctor Cordero tendrá su último juego con Saprissa, mientras en Alajuela, Luis Marín vivirá lo mismo pero con la Liga.
Ese privilegio no lo gozaron distintos hombres que hicieron nombre en la máxima categoría.
Claudio Jara, Róger Flores, Óscar Ramírez, Héctor Marchena, Alexandre Borges Guimaraes, Steven Bryce, Ronald Gómez, Pastor Fernández, Harold Wallace y Marvin Obando, forman parte de una nómina de figuras que dijeron adiós en silencio.
Bryce, quien archivó su faceta de jugador en octubre pasado, afirma que “uno siempre sueña con un partido de despedida y tener algo bonito, pero eso va más allá de las manos del jugador, es una decisión administrativa”.
Pastor Fernández, anotador del gol que clasificó a Costa Rica al Mundial Italia 90, dijo que “todo jugador siempre aspira a retirarse ante la gente y darle las gracias a a la afición. En mi caso dejé huella por el gol, pero mi participación en Primera fue corta y en varios clubes, quizá eso influyó”.
Otros como Rónald Gómez aseguran que “a mí no me gustan mucho ese tipo de actividades, no creo que sea importante en la vida de un futbolista”. Y agregó que “lo importante es la trayectoria, lo hecho en la cancha, nada más”.
