Deportes
Domingo 24 de julio de 2011, San José, Costa Rica
Pasión por el deporte

El capitán manudo sintió los nervios de su debut

“Gigio” se fue con grandeza

Esteban Valverde

esteban.valverde@aldia.co.cr

Luis Marín no quería que lo vieran, se escondía de las cámaras de televisión, como tratando de evitar el momento, pero al final salió al terreno de juego para colgar de manera definitiva los tacos y llenar sus recuerdos de homenajes bien merecidos.

A pesar de sus 19 años de carrera futbolística cuando esperaba su turno para ingresar a la cancha al minuto 48 de partido entre Alajuelense y River Plate de Uruguay, se le notaban los mismos nervios de aquel 13 de setiembre de 1992, cuando jugó su primer encuentro como profesional.

Marín se plantó y en el uno contra uno no lo superaron en cinco enfrentamientos que tuvo, pero también hay que mencionar que en el gol de los uruguayos la parte física le jugó una mala pasada y por más que intentó alcanzar al volante charrúa, Jhonathan Pereira no pudo.

La afición no se cansó de aplaudirlo y dedicarle cánticos, como “Ooooh, dale capitán, capitán, capitán, dale capitán”. Aunque en el primer homenaje que le dieron las divisiones menores erizas pareció que rompía en lágrimas fácilmente, a “Gigio” le bastó entrar al terreno de juego para demostrar su liderazgo.

“La verdad es que lo único que puedo decir es muchas gracias, estoy muy emocionado, gracias a la “Doce”, a la gente. Sin duda no es fácil despedirse, y saber que ya no se va a poder jugar más como profesional”, comentó el exmundialista de Korea y Japón 2002 y Alemania 2006.

En cuanto a la parte futbolística, los manudos deben agradecer que era el partido de despedida de su ídolo, porque no mostraron el nivel que los llevó al bicampeonato nacional; pero esto pasó desapercibido.

En el primer tiempo el River Plate tuvo más presencia ofensiva, pero Jhonathan McDonald salvó los silbidos en el entre tiempo al anotar, luego de una linda combinación con Kevin Sancho y Cristian Lagos.

La segunda parte fue más un colectivo, cambios de casi ambas oncenas para darle ritmo a todas sus figuras. Al final los abrazos y el sentimentalismo fueron el plato fuerte, ya que se cerró el juego con un mariachi en la cancha, para el último homenaje a un grande rojinegro.